La entrada en vigor, en mayo del 2014, de la reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial exoneró a los cotos de caza en caso de accidentes en los que haya implicado un ejemplar cinegético.
02/08/2016 | La Rioja.com | R. G. L.
Desde entonces, la responsabilidad es del conductor con las excepciones de que el atropello del animal sea como consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes; o que el siniestro sea debido, por ejemplo en una autopista, a desperfectos en la valla de cerramiento. Frente a ello, las compañías aseguradoras ofrecen a los conductores cláusulas optativas -su precio, según marca y modelo del vehículo, oscilan entre los 7 y 15 euros- para ampliar la cobertura de la póliza a los daños que pueda sufrir el automóvil por el impacto con un animal.
Pero, pese a la reforma, hay aspectos que no han cambiado, como son los consejos encaminados al objetivo prioritario: evitar el siniestro.
Desde la DGT se recomienda prestar atención a la señalización, reducir la velocidad en zonas próximas a cotos y bosques y conducir de manera preventiva, con visión lejana o panorámica. En caso de ver al animal, cambie a luces cortas (lo habitual es en horario nocturno) y haga sonar la bocina. Hay que tratar de esquivar al animal, pero sin volantazos o movimientos bruscos que nos hagan perder el control y salirnos de la vía. Si la colisión es inevitable, sujete el volante con firmeza, frene o reduzca la velocidad hasta justo antes del impacto -procure que éste sea en ángulo, no frontal- para que el animal no se estrelle en el parabrisas. Tras el siniestro, sin arrimarse al animal herido, señalice el lugar y avise a la Guardia Civil de Tráfico u otra autoridad competente, entre otras razones porque su atestado será imprescindible para tramitar el siniestro.