«Cada vez son más
los que vienen de fuera de
España», asegura el alcalde de
Candín, José Antonio
Cachón, en referencia al
‘boom’
—controlado— del turismo
cinegético internacional que en los
últimos tiempos han puesto en su
punto de mira a los trofeos de la reserva de
caza de Los Ancares.
Según el regidor, los lugares de
origen de estos cazadores internacionales que
se acercan a las montañas bercianas
son, principalmente, norteamérica y los
países del Este de Europa. «Son
gente con poder adquisitivo alto, que contratan
el cobrarse las piezas en paquetes
turísticos ofertados por operadores de
turismo que previamente se adjudicaron las
piezas en la subasta de caza», concreta
Cachón.
Como ejemplo de este interés que
se ha despertado entre los cazadores de fuera
de nuestras fronteras, esta misma semana,
una pieza cobrada en el cuartel de Tejedo, en
el municipio de Candín, se
empaquetaba para cruzar el charco con destino
a los Estados Unidos. Mientras el trofeo viaja
junto a su cazador para ser exhibido en EEUU,
los 5.950 euros que abonó finalmente
por abatir al rebeco se repartirán entre
la Junta Vecinal, el Ayuntamiento y la Junta
de Castila y León.
De esta forma, y pese a los tiempos de
crisis que recorren el planeta, las subastas,
más las cuotas complementarias que
abonan estos privilegiados cazadores,
continúan siendo para las arcas de los
ayuntamientos y de las pedanías
incluidas en la reserva de caza una de sus
principales fuentes de ingresos. Hay que
recordar que en la puja presencial realizada el
pasado mes de marzo en Villafranca, donde
salieron a subasta cerca de un centenar de
ejemplares, se recaudaron cerca de 50.000
euros. Y eso que aproximadamente la mitad
de las piezas subastadas quedaron sin
pujador.
A esta subasta presencial hay que
añadir el dinero recaudado a
través de la subasta ‘on
line’ que anualmente realiza la Junta de
Castilla y León (más de 32.000
euros en la pasada temporada de caza).