La Xunta estudiará la
realización de batidas y esperas del
lobo en la comarca para limitar la
extensión de esta fauna en zonas en
las que pueda interferir con la actividad
ganadera.
Este fue uno de los compromiso
alcanzados ayer en una reunión
mantenida por representantes de
Unións Agrarias y la directora Xeral de
Conservación da Natureza,
Verónica Tellado, celebrada en
Santiago. En el encuentro se abordó la
situación que atraviesa el sector
ganadero gallego frente a las incursiones de
los cánidos en las explotaciones.
Mientras que para la Xunta los datos
contabilizados hasta el momento no acusan un
incremento con respecto a otros años, el
sindicato agrario apunta que esto se debe a
que muchos ganaderos optan por no denunciar
las pérdidas debido a las insuficientes
indemnizaciones recibidas por parte de la
consellería así como por las
dilatadas esperas para lograr estas ayudas,
que se traducen en que ganaderos afectado en
2012 aún no hayan percibido la
compensación. En este sentido, tanto
desde el sindicato como desde la Xunta,
coinciden en que la toma de decisiones y
medidas está sujeta al número
de casos denunciados, por lo que instan a los
ganaderos a dar parte de los ataques sufridos
en su cabaña. Destacan, por ejemplo,
que a la normativa que posibilita la
realización de actividades de caza para
controlar la población en determinadas
áreas está condicionada por el
número de denuncias tramitadas. Si
bien, desde la Xunta insiten en la dificultad
que entraña la caza del lobo, constada
en las cifras de los últimos años
que arrojan un total de 16 animales abatidos
en las 78 cacerías autorizadas.
Otro de los puntos abordados durante el
encuentro fue la posibilidad de habilitar zonas
de alimentación para los
cánidos y así intentar evitar los
ataques a la cabaña ganadera. Se trata
de una medida puntual y que debe estar
regulada y controlada por criterios
técnicos, para evitar un incorrecta
gestión que pueda provocar
infecciones. Desde Unións hacen
referencia a otras actuaciones similares, que
sirvieron de excepción a la exigencia
europea que implica la eliminación de
las reses muertas, desde la crisis de las vacas
locas. Se trata de iniciativas como la
alimentación de buitres en
determinadas zonas de España para
evitar que estas aves atacasen animales
vivos.
El sindicato también
destacó que en los últimos
meses se están produciendo incursiones
en zonas donde llevaban mucho tiempo sin
registrarse por lo que alude a un aumento de
la población de lobos. Insta, en este
sentido, a realizar un censo de los animales
para así lograr conciliar la convivencia
de la fauna salvaje y la actividad ganadera.
Apuntan que estas medidas de control no
afectarán a la pervivencia de la especie
salvaje ya que, en muchas ocasiones, se
encuentran desubicados y sus incursiones se
deben a un incremento de la camada que
provoca la escasez de alimento.