Aprovechando el buen tiempo
que se viene produciendo en las
últimas semanas, una vez que
concluyó la temporada de caza, los
cotos ubicados en las comarcas con cultivos de
regadío, y por tanto con maíz,
han procedido a realizar batidas para el control
de depredadores.
Los descastes se dirigen principalmente
hacia el zorro, cuya proliferación es
notable en estas zonas. Las cacerías se
han visto favorecidas por la circunstancia de
que gran parte del cereal ha sido ya
recolectado y los «raposos» se
concentran en las fincas que aún restan
por cosechar, un 20% aproximadamente, si
bien la superficie varía según
las comarcas.
A tenor de los resultados que se vienen
obteniendo parece que la población de
estos cánidos es similar o ligeramente
superior a la del pasado año, en todo
caso mucho mayor de lo que sería
aceptable y que podría estimarse en
una pareja cada quinientas
hectáreas.
Las cacerías efectuadas han dado
resultados variables, si bien
prácticamente en todas se ven zorros y
se elimina un buen número aunque son
más los que consiguen burlar a los
perros y a los cazadores. Las estimaciones que
se realizan sobre la eficacia de los descastes
vienen a demostrar que apenas se consigue
eliminar un 30% de la población de
zorros.
Además, basta que en uno de los
cotos aledaños no se realicen descastes
para que los animales colonicen en poco
tiempo las zonas batidas, pues es evidente que
no se puede poner puertas al campo. Dentro
de los maizales es relativamente fácil
batir al zorro siempre que se disponga de
perros adecuados, pero existen otras zonas
donde resulta mucho mas difícil. Las
riberas de los ríos, con abundancia de
vegetación y los montes de robles o de
encinas son un refugio casi inexpugnable en el
que se guardan cuando llega la primavera.
También en los lugares con bodegas
caídas donde les resulta más
sencillo excavar madrigueras en las que las
hembras ocultan a su prole, cuyo
número depende de la posibilidad de
obtener alimento. Una vez que finalizan las
batidas también puede solicitarse la
caza con perros de madriguera. Las batidas
para el descaste de otros predadores como
grajos y urracas se llevarán a cabo,
previa solicitud, durante los meses de abril y
mayo.
Mantener los cotos de caza menor con la
población de zorros, grajos y urracas
controlados, resulta esencial para conservar las
piezas cinegéticas, perdices, liebres y
conejos de monte esencialmente. Los
años con abundancia de topillos la
actividad de los depredadores se centra
más en estos roedores, pero
también la cantidad de alimento incide
en mayores camadas. De igual forma la
sobrepoblación de
cigüeñas resulta perjudicial, y no
sólo para los reptiles y anfibios,
muchos de ellos en peligro de
extinción, también para las
polladas de perdiz y codorniz que en muchas
ocasiones sucumben ante estas grandes aves,
muy activas en época de cría.