El tiempo primaveral fue la
mayor satisfacción de la gran parte de
los cazadores que estrenaron la temporada de
caza en los montes de Galicia.
En la provincia de Lugo, la
sensación fue de escasez. En la zona
centro, los cazadores lamentaron la baja
captura de piezas. En el coto de O Picato, la
jornada fue floja. Se atisbaron pocas aves,
cantidades inferiores a las observadas en las
jornadas de entrenamiento.
En la zona de Santa Comba, en las
proximidades de Lugo, y Cerceda (O Corgo), a
pesar de que en verano se echó una
buena cantidad de conejos y perdices, el
día fue mal. Apenas se encontraron
piezas y, en el caso de las aves, las pocas que
se vieron iban muy desplumadas. En Cerceda
se cazaron algunas codornices.
Para explicar la baja cantidad de piezas no
solo cobradas, sino también halladas,
se podrían exponer motivos
genéticos o, incluso, de
carácter vírico. Una
infección podría haber
mermado a la población echada el
pasado mes de agosto. Mejor parecen las
cosas en la zona de Láncara, donde se
atisbaron más perdices. El primer
día de caza pareció algo mejor
en la zona sur de la provincia. En la zona de
Taboada, se observaron bandos numerosos de
perdices.
En la Costa da Morte se saldó con
un resultado muy variado ya no por zonas, si
no incluso por tecores (hay 23 en total, en los
que pueden practicar 2.426 cazadores
federados), aunque con una
característica común a
prácticamente todos: escasez de
conejo, como la mayor parte de los presidentes
de las sociedades se temían desde
hace semanas. La enfermedad vírica
sigue haciendo estragos, y en algunas
localidades, como Muxía o Vimianzo,
incluso optaron por parar la jornada a las
14.00 horas. Claro que hay contrapuntos,
como en Zas, donde el responsable, Pedro
Nieto, destaca que han cosechado los buenos
resultados de meses de trabajo con biotopos y
vacunaciones, así que en la zona
cuidada, el conejo abunda; en la que no, no
hay nada. Por lo demás, en general,
bien de raposos, abundancia en algunas
áreas de perdiz y faisán
(según la siembra) y mucho
jabalí (el cupo en la comarca es de casi
300 ejemplares para la temporada), aunque la
caza mayor queda para otras batidas.
Ourense
Tampoco fue buena la jornada inaugural
de la temporada de caza en Ourense, donde el
número de licencias volvió a
reducirse, cayendo desde las 10.000 del
pasado año a las 8.000. Tanto por los
datos ofrecidos desde la delegación
federativa, como por lo que se apuntaba en
distintas sociedades cinegéticas, el
calor inusual para estas fechas dificultó
el trabajo de rastreo de los perros, por lo que
resultó especialmente aciaga la
recompensa para los cazadores, de no ser los
que se dedicaron a la perdiz, sobre todo en
zonas del occidente como las de O
Carballiño. Solo destacaron por tierras
de A Limia el incremento de capturas de
codorniz en algunos cotos.