La Guardia Civil de Ledrada y el
SEPRONA han imputado a cinco personas por
presuntos delitos de caza furtiva, estafa y
apropiación indebida, dentro de la
Operación WOLFI.
La operación permitió
descubrir un taller de taxidermia en el que se
guardaban en un arcón congelador
varias piezas de caza de especies silvestres
protegidas, entre las que se encontraban un
mochuelo común y una marta
común, además de varias
cuernas (trofeos) de ejemplares de ciervo y
una cabeza de lobo ibérico, pero sin
ningún tipo de precinto y
documentación que acreditasen la
procedencia de los mismo.
Siguiendo con la inspección
minuciosa de las instalaciones así como
de la documentación, se
encontró un precinto emitido por la
Junta de Castilla y León para el
aprovechamiento de una especie de caza de
mayor (lobo Ibérico) en la provincia de
León. Dicho precinto ampara
supuestamente la legal procedencia abatida. Al
examinarse minuciosamente por los
componentes del Equipo de
investigación del SEPRONA de
Salamanca, se observa una posible
manipulación, se comprueba que dicho
precinto había sido anulado en agosto
de 2013.
Ante estos resultados, se prosiguieron las
investigaciones con el fin de depurar las
responsabilidades en la caza de las especies
mochuelo y garduña, dando como
resultado la imputación de cuatro
personas por un supuesto delito contra la
fauna. En lo relativo a la caza del lobo
ibérico, tras arduas investigaciones y
con colaboración de la Comandancia de
León, se consigue imputar a una
persona residente en la provincia de
León, los supuestos delitos (estafa,
apropiación indebida y otro relativo a
la protección de la fauna).
Las diligencias instruidas fueron puestas a
disposición del Juzgado de 1ª
Instancia e Instrucción de Béjar
(Salamanca).