Agentes de la Patrulla de
Protección del Medio Ambiente y
Bienestar Animal de la Policía Local de
Castellón han instruido diligencias al
Juzgado de Instrucción de guardia
contra un varón de 60 años de
edad y de nacionalidad española por un
presunto delito contra la fauna al encontrar
dentro de su parcela cuatro redes ilegales de
grandes dimensiones dispuestas para la caza
de aves utilizando como reclamo varios
reproductores de sonido y altavoces.
Los hechos se remontan al 11 de
noviembre de madrugada cuando los agentes
de la Unidad UPROMA, que se encontraban
realizando labores de vigilancia por la
marjalería escucharon cerca del cauce
del río seco el canto de un ave diurna
que de forma repetitiva sonaba en las
inmediaciones de la zona donde los
policías se encontraban. Sospechando
que dicho ruido pudiese ser el reclamo que
algunos cazadores utilizan para atraer a las
aves, los agentes se encaminaron hacia el
lugar de donde provenía el canto del
ave y descubrieron que, ocultas entre unos
arbustos, se habían dispuesto varias
mallas verticales de grandes dimensiones
conocidas como “redes
japonesas”. Las redes tenían
una longitud aproximada de 20 metros y se
encontraban dispuestas en forma de cuadrado
imaginario alcanzando una altura final de unos
5 metros. Al lado de estas mallas se
encontraban dos reproductores de sonido que
eran alimentados por baterías de coche
y cinco altavoces.
Cabe destacar que en el momento de la
intervención, los agentes pudieron
observar que en las redes se encontraban
varias aves que cuentan con un
régimen especial de protección,
todavía vivas, por lo que procedieron a
la liberación de las mismas tras
constatar que no se encontraban heridas y
podían recuperar el vuelo sin
problemas. La especie a la que corresponden
dichas aves, la curruca capirotada se encuentra
recogida en el Real Decreto 139/2011 de 4 de
febrero para el desarrollo del listado de
Especies silvestres en régimen de
protección especial.
Por todo ello los agentes procedieron a
identificar al dueño de la parcela,
P.F.G., de 60 años de edad y de
nacionalidad española al cual se le
imputa un presunto delito contra la fauna
recogido en el artículo 336 del
Código Penal. Por último cabe
señalar que los dos reproductores de
sonido, cinco altavoces, las fuentes de
alimentación y las cuatro redes fueron
decomisadas por la Policía Local de
Castellón para su posterior entrega a la
Autoridad Judicial si ésta lo reclamase.