El tiempo corre en contra de los municipios leoneses del Parque Nacional de Picos de Europa. La Ley de Parques Nacionales del 2007 dio una moratoria de diez años a los dos ayuntamientos para prohibir gradualmente la caza y la pesca en sus territorios, por eso Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre tienen todavía cinco años para negociar un plan de compensaciones económicas al que agarrarse cuando la ley impida explotar su principal recurso económico, la caza.
Una negociación similar a la que se desarrollará en León fue la que llevaron a cabo los responsables del concejo asturiano de Amieva en el año 2010 al que el Ministerio de Medio Ambiente indemnizó con 2,4 millones de euros el cese de las cacerías de rebecos en mil hectáreas de monte. Posada de Valdeón y Oseja de Sajambre, con 16.000 hectáreas de coto de caza y 8.000, respectivamente, no se han quedado parados y han hecho bien los deberas. Antes de sentarse a negociar han encargado un estudio económico a la consultoría Cotema para poner sobre la mesa las cifras de lo que les quieren quitar.
Los números no dejan indiferentes, ya que además de los ingresos que la actividad cinegética reporta a los municipios en concepto de subastas de caza y de cuotas complementarias, se tiene en cuenta la repercusión que para la hostelería de la zona tiene la afluencia de cazadores en Picos de Europa. Por eso el estudio hace un cálculo preciso y pormenorizado del perjucio económico que tendrá para la zona el cese de la caza.
Ingresos en aumento. En este año, ambos municipios ingresarán 411.384 euros de la reserva de caza de Riaño en concepto de cuotas de entrada y complementarias. Esta cantidad es cada año mayor, ya que el incremento medio anual de estos ingresos es del 9 por ciento. A partir de este dato, el estudio realiza una previsión de los ingresos que los municipios dejarán de percibir una vez se suspenda la caza en su territorio. El dato es escalofríante. Desde el 2017, último año en el que se permitirá la caza en Picos, hasta el 2031, los municipios leoneses dejarán de percibir 20.890.015 euros en conceptos de cutoas de entrada y complementarias, lo que representa una cantidad dificil de asimilar por parte de la administración pública.
Pero a esta ya por sí elevada cantidad hay que sumar los ingresos económicos que los hosteleros dejarán de percibir cuando los cazadores dejen de visitar los municipios leoneses, dejen de pernoctar en sus hoteles y de comer en sus restaurantes. Hay que tener en cuenta que según los propios hosteleros de la zona, encuestados por los responsables del estudio, el 25 por ciento de sus ingresos provienen directamente de la actividad cinegética.
Según el estudio de Cotema, la repercusión de la caza en la hostelería de la zona es de 74.640 euros al año, en concepto de alojamiento, y de 160.315 en restaurantes. Si sumamos los ingresos de las cuotas de caza y los correspondientes a la hostelería, alojamiento y restaurantes, la cantidad que la zona leonesa ingresará este año por la actividad cinegética es de 646.309 euros.
Una vez conocidos estos datos resulta fácil de entender el hecho de que tanto los responsables políticos de estos municipios, como los empresarios y los propios vecinos se resistam a abandonar una actividad que históricamente ha sido uno de sus principales ingresos directos e incluso representa un modo de vida para muchos de ellos. Por este motivo, se prevé una negociación dura antes de llegar a un acuerdo con los afectados por el cese de esta actividad.
Al fin de la caza también hay sumar las restricciones que habrá que asumir cuando se apruebe el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Picos de Europa, cuyo texto debería ver la luz en los próximos meses, despues de 17 años sin marco legal. A partir de entonces llegará también el fin de los aprovechamientos forestales y de los recursos hidrológicos.