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La caza menor levanta el vuelo

A pesar de que se barajó la posibilidad de retrasar la apertura de la temporada de caza menor a causa de la intensa sequía y altas temperaturas que se vienen padeciendo en este otoño veraniego, el próximo domingo la gran mayoría de acotados de la provincia abrirán la temporada de caza menor, mientras que los menos esperarán a los días 30 de octubre y 1 de noviembre.

El puente de los Santos, que este año coincide con domingo y martes, suele ser aprovechado para cazar por muchos aficionados residentes fuera de los pueblos, incluso en otras comunidades, que en estas fechas tan especiales se reúnen con la familia en su lugar de origen.

Jueves, sábados y domingos, junto con los festivos, son días hábiles para cazar. Sin embargo la mayoría de acotados restringe las jornadas a jueves y domingos e incluso tan solo a los domingos y festivos. También se restringen los horarios de forma que ya son muchos los cotos que solamente permiten cazar por las mañanas.

La escasez de caza menor ha convertido a los auténticos cazadores en conservacionistas de un bien que, desgraciadamente cada vez es mas escaso. Para la jornada de apertura se anuncia un tiempo variable y con ligera nubosidad. Sería el comienzo de un nuevo ciclo tras varios meses de calor y sequía. Las lluvias, que se esperan con ansiedad en el campo, llegarían con cierta intensidad a partir del lunes según las previsiones.

Las impresiones que se vienen recogiendo desde la media veda parecen confirmarse. Podemos estar ante un buen año de perdiz, con abundantes y bien nutridos bandos. La liebre también parece que se ha recuperado esperemos que de forma definitiva. A pesar de ello en bastantes acotados seguirá vedada. Hace tres años se vio muy afectada por el veneno y por la tularemia y su densidad se había reducido hasta el punto de que el pesimismo era la nota común entre los galgueros.

En las zonas mas «lebreras», como Tierra de Campos, apenas se veían «rabonas». Sin embargo este año se ven bastantes mas, aunque sin excesos. Es por lo que en muchos cotos seguirá la prohibición de cazar liebres o, como mínimo, se restringirán los cupos En los cotos con terrenos de media montaña, con menos cultivos pero con monte bajo, apenas les afectó y son bastante mas abundantes afortunadamente. Pero sin duda la mejor parte se la lleva el conejo de monte que lleva años recuperándose y ha sufrido pocas bajas durante el otoño a pesar de las altas temperaturas y la sequía.

En los acotados de media montaña las previsiones son regulares tanto para la perdiz roja como para la liebre. En las monterías de jabalí que se están dando estos días, con escaso éxito, si que con cierta frecuencia se levantan bandos de perdices, pero menos nutridos que en el llano.

No sucede lo mismo con el conejo de monte, mas desconfiado y escurridizo, pese a que su recuperación va bastante mas lenta que la de sus congéneres en las cárcavas y cuestas de los páramos. El monte no se encuentra en buenas condiciones por la sequía que ha propiciado numerosos incendios. El otoño está en su apogeo y, a pesar de que apenas ha helado, castañas, bellotas y hayucos ya cubren el suelo en los sotos. La huella de perdiz resulta bien visible en el polvo de los caminos y cortafuegos.

Por otro lado sigue cazándose el jabalí con escasa fortuna. No obstante el día 23, y pese a que hay autorizadas varias monterías, en los cotos de montaña van a ser muchos los cazadores que opten por las «rubias». El riesgo en estas zonas será la niebla que, en situaciones meteorológicas anticiclónicas, puede colarse durante la mañana.

La escasa visibilidad resulta muy peligrosa en el monte e incrementa el riesgo de accidentes. La Ley de caza contempla estas situaciones prohibiendo el ejercicio de la misma mientras persista la niebla densa. En estos primeros días los aficionados con buenas piernas consiguen perchas de varias perdices o el cupo de tres allí donde está establecido.

Luego, con la llegada del invierno, cazar la perdiz en el monte se convierte en una tarea difícil pero, para entonces, ya habrán entrado las becadas y las monterías de jabalí estarán en pleno apogeo. Está claro que en las áreas de montaña la caza menor ha pasado en los últimos años a un segundo término, especialmente desde que se vedaron la «pardillas», pero en las primeras jornadas hay muchos aficionados que cazan perdices en compañía de su perro.

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