Medio Ambiente, que ayer
publicó la orden de vedas, considera
estos animales «especies
invasoras» y amplía en un mes
el período hábil para el resto,
pese a la sequía.
La Conselleria de Medio Ambiente
publicó ayer en el Diari Oficial de la
Generalitat Valenciana (DOGV) una orden
aprobada el pasado viernes (pese a hallarse en
funciones, en pleno proceso de traspaso de
poderes del PP al bipartito) que regirá
en los próximos meses el
período hábil, normas y otras
regulaciones para la caza menor y mayor en la
Comunitat. Esta orden siempre se publica por
estas fechas. Pero incluye dos grandes
particularidades. La primera es que se
considera especie «exótica
invasora» la cotorra argentina
(Mysiopsitta monachus), la cotorra de Kramer
(Psittacula kramerí) y el mapache
(Procyon lotor) y permite su caza
indiscriminada y sin límite alguno. La
segunda tiene que ver con el calendario que,
por segundo año consecutivo y pese a la
extrema sequía y su afectación
sobre muchas especies como la perdiz roja (la
reina cinegética), se amplía en
un mes en las zonas de aprovechamiento
cinegético común, precisamente
donde los animales son más
débiles por falta de alimentos y con
densidad poblacional más
reducida.
Dos decisiones que, sin duda, sirven en
bandeja la polémica al nuevo gobierno
bipartito con un contenido ecologista
nítido en la coalición
Compromís, socio de gobierno del
nuevo jefe del Consell, Ximo Puig, investido
ayer con el apoyo condicionado
también de Podemos.
La orden 18/2015 de 19 de junio firmada
por la consellera de Medio Ambiente en
funciones, Isabel Bonig, establece en la
disposición adicional cuarta sobre
medidas de lucha contra determinadas
especies exóticas invasoras que esas
tres introducidas en los montes alicantinos y
del resto de la Comunitat e incluidas en el
catálogo al efecto «puede ser
abatido cualquier ejemplar», es decir,
sin límite alguno, durante la
práctica de cualquier actividad
cinegética autorizada durante el
período hábil de caza que
empezará, efectos de escopetas y
armas de fuego, en la media veda (paloma
torcaz y tórtola europea) el
próximo 16 de agosto. Se
extenderá durante otras modalidades al
salto o en puesto fijo, tanto en zonas comunes
como en cotos privados y áreas de
caza controlada, hasta el segundo domingo de
febrero, fecha en la que acaba la
prórroga en puesto fijo para la caza
menor de tordos o estorninos. La Conselleria
obliga a los titulares de cotos privados de
caza, en su memoria de gestión anual,
la especie y el número de individuos
abatidos. En el caso del mapache,
además de lo anterior, habrá
de darse cuenta en las próximas
cuarenta y ocho horas al Centro de
Recuperación de Fauna de la
Conselleria, en El Saler. En zonas de
aprovechamiento común (por lo
general terrenos de titularidad de
Ayuntamientos, aunque también de
particulares) no habrá control alguno.
La segunda medida de la orden, no menos
polémica, tiene que ver con el
período hábil de caza en zonas
comunes, las más castigadas por falta
de alimentos para los animales
(pérdida casi total de cereales como
cebada y trigo) por la sequía y agua, y
también por la baja densidad de las
principales especies, como conejo y
perdiz.
Hasta el 6 de diciembre
Por segundo año consecutivo, y tras
tres lustros, se amplía en cuatro
semanas, hasta el 6 de diciembre, el
período de caza en mano o al salto en
esas zonas comunes. La medida fue ya
criticada por muchos clubs de caza de los
municipios, que incluso aprobaron no cazar o
reducir los días. La reducción
fue aprobada en su día por el entonces
conseller Rafael Blasco, que cedió a las
presiones de los ecologistas. Además,
la ampliación choca con el propio
servicio territorial de Alicante, que en
noviembre pasado dirigió una circular a
la mayoría de cotos privados para
cerrar anticipadamente la veda para cazar
perdices precisamente por los estragos de la
sequía durante los meses anteriores.
La sequía no solo sigue, sino que se
agrava por semanas, si no días.