El embalse del Añarbe y el bosque que lo rodea forman un espacio natural privilegiado. Cerca de 1.000 hectáreas de hayas y robles en pleno corazón de Aiako Harria. El paisaje emana tranquilidad, pero en los despachos se vive en los últimos meses un tira y afloja entre la Diputación, los cazadores y los ecologistas.
En la actualidad, la caza de corzo, jabalí y becada está permita en sus 1.000 hectáreas. Los cazadores han defendido que la situación permanezca inalterable, en tanto que los ecologistas exigen que la totalidad del bosque sea declarada reserva natural y la práctica cinegética prohibida. Esta postura ha sido defendida también por el Ayuntamiento de Errenteria.
La Diputación ha puesto sobre la mesa una fórmula de consenso. Se permitirá cazar en 400 hectáreas y en las otras 600 se prohibirá. En esta reserva forestal sólo se organizarán batidas esporádicas de corzo y jabalí, promovidas por la Diputación, para evitar la proliferación de estos animales. La caza de becada quedaría vetada.
Los responsables forales estiman que se ha logrado el consenso suficiente entre las partes implicadas. De esta forma, aseguran que el patronato del parque natural de Aiako Harria dará el visto bueno a la propuesta. En concreto, indican que los cazadores, tras intensas negociaciones, han aceptado que sólo tendrán permitido el acceso a 400 hectáreas, cuando ahora no hay ninguna restricción.
El patronato está constituido por representantes del Gobierno Vasco y de la Diputación, así como de los ayuntamientos de San Sebastián, Errenteria, Hernani, Irun y Oiartzun. También forman parte del mismo las federaciones de Caza y de Montaña, grupos ecologistas y propietarios de terrenos. La entidad se reunirá el próximo mes y votará la propuesta foral. En caso de no salir adelante, se seguirá cazando en las 1.000 hectáreas, pero desde la Diputación se confía en que no habrá problemas para que se apruebe la delimitación señalada anteriormente.
Asier Arrese, director de Montes, subraya que la Diputación tiene un empeño especial en preservar la singularidad de los hayedos y robledales del Añarbe. «La Ley de Declaración del Parque Natural de Aiako Harria no califica a estos bosques como zona de reserva integral y, por tanto, permite la caza. De ahí que los cazadores hayan mostrado reticencias a la hora de prescindir de 600 hectáreas. Finalmente, parece que les hemos convencido».
Arrese indica que la propuesta de preservar las citadas 600 hectáreas «demuestra que estamos siendo más exquisitos con los bosques del Añarbe que lo que nos exige la declaración de parque natural. De hecho, hasta ahora la gestión ‘de facto’ ha sido como si estuviéramos ante una reserva forestal».
Fruto de este interés de la dirección de Montes por preservar el entorno del Añarbe ha sido el convenio firmado con La Caixa para potenciar su biodiversidad. El acuerdo establece que se invertirán 100.000 euros a lo largo de este año para, entre otras cuestiones, el empleo de técnicas novedosas poco impactantes en los aprovechamientos de la madera. También se realizarán estudios de hábitats y de especies en parcelas experimentales.
Descontento ecologista
La propuesta de la Diputación no ha gustado a los ecologistas. Eguzki, Ekologistak Martxan, Haritzalde y la sociedad ornitológica Ugatza han puesto en marcha la iniciativa denominada ‘Añarbe. 1000’. Estos grupos acusan a la Diputación de obstaculizar la creación de una zona de reserva en el Añarbe, «proponiendo su mutilación en interés del ‘lobby’ de la caza».
La polémica llegó ayer a las Juntas Generales. EB presentó una propuesta en línea con la defendida por los ecologistas. Su iniciativa decayó y en su lugar se aprobó un texto de PNV y H1!, al que se sumaron PSE y PP. La enmienda aprobada propone que se apruebe la creación de una reserva de caza en el marco del Plan de Ordenación Cinegética que se está elaborando para el parque natural de Aiako Harria.
Arantza González, portavoz de EB, lamentó que su propuesta fuera derrotada. Recordó que el borrador del plan cinegético fue rechazado el año pasado por el patronato, ya que «reducía sensiblemente la futura reserva del Añarbe, legalizaba líneas cinegéticas ilegales, autoriza la caza del corzo y permitía el uso del rifle».
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