Luz verde al plan de gestión del lobo. El consejo de diputados aprobó ayer el polémico documento que busca combatir desde la prevención y la «contención» los efectos negativos que el depredador tiene en la cabaña ganadera alavesa. Y lo hizo, además de entre fuertes críticas, tras conseguir salvar las importantes diferencias que habían surgido en el seno del Gobierno foral entre el diputado de Medio Ambiente, Mikel Mintegi (EA) y la de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia (PNV). El escenario era tal que el teniente de diputado general, Claudio Rodríguez, calificó de «hito» este acuerdo. Aseguró, en este sentido, que en Asturias o Castilla y León, políticos del mismo partido han sido incapaces de lograr firmar un documento conjunto de estas características.
Pese a las preguntas de los medios, Rodríguez evitó entrar al fondo del asunto a la espera del desarrollo normativo del decreto que aún ayer estaba terminando de pulirse. No obstante, se prevé que Mintegi explique hoy algunos aspectos en la comparecencia que tiene en las Juntas Generales. Sea como fuere, lo que sí avanzó el portavoz foral es que no se han establecido en el territorio zonas de exclusión del depredador para evitar discriminaciones.
Respecto a las discrepancias surgidas en el seno del Ejecutivo, manifestó que los dos diputados se han limitado a defender lo suyo, pero también sabiendo ceder para hacer posible el acuerdo. Sí destacó el trabajo realizado por Beltrán de Heredia, que a su juicio se ha erigido en «líder de la defensa del sector agrario con firmeza y convicción».
Lo que no lograba entender Claudio Rodríguez eran las duras críticas vertidas desde los sindicatos UAGA y Sergal, cuyos representantes se concentraron ayer en la plaza de la Provincia para protestar por la aprobación del plan. «Se quejan sin conocer el contenido del decreto. Es como ponerse la venda antes de la herida. Nos pusieron como exigencias que hiciéramos un estudio sobre la importancia de la ganadería extensiva en el territorio y que el plan estuviera firmado también por Agricultura. Y las dos están cumplidas», explicó tras loar el papel que esa ganadería extensiva tiene como «elemento vertebrador».
Vallados y perros de guarda
El plan ahora ratificado -no ha tenido ninguna aportación de los partidos políticos- nace de la orden foral aprobada hace ya dos años y medio y que contempla varias medidas de choque, como los recechos, las esperas o las batidas, para combatir al lobo. Ahora, la Diputación se arma de un instrumento vital para gestionar de «forma global» la presencia de este cánido con actuaciones como la colocación de vallados eléctricos o el adiestramiento de perros de guarda.
Además, seguirán las líneas de ayudas por pérdidas de reses, partida a la que la Diputación destinó 60.000 euros el pasado año. Respecto a las cabezas de ganado muertas, siguen en descenso contabilizándose 103, frente a las 146 de 2008 y 185 de 2007.