La
gravísima situación
de las zonas montañosas de
nuestra Comunidad pone a las
Administraciones responsables en
situación de emergencia y
nos crea también gran
preocupación a los
cazadores.
Muchos habitantes de la
montaña se ven impotentes
ante la nieve y las ventiscas que la
acumulan una y otra vez y que
hace imposible, por muy bien
equipados y por muchos medios
mecánicos que tengamos,
evitar sus consecuencias, que
están sufriendo personas,
animales domésticos y
fauna en general. Este invierno
está ganando la partida y
se guardará en la memoria
de los habitantes de la
montaña como uno de los
más críticos y duros.
Hemos preguntado a la
Junta de Castilla y León
sobre las medidas que se
están tomando y los
esfuerzos y medios empleados por
los responsables del Medio Natural,
para paliar la mayor nevada de los
últimos treinta años y
que en el norte de nuestra
Comunidad ha afectado
gravemente a todos sus
moradores.
La
prioridad en estos momentos es
restablecer las comunicaciones con
pueblos que han permanecido
aislados y desabastecidos,
ocupándose de cubrir sus
necesidades básicas; para
ello, los funcionarios y trabajadores
de las reservas de caza como
Fuentes Carrionas, Riaño o
Mampodre están
esforzándose en abrir
vías de
comunicación, paso esencial
para abastecer a los animales
tanto domésticos como
salvajes que están
sufriendo con los rigores de este
invierno.
La
fuerza del temporal, rozando el
caos, está haciendo
esforzarse al máximo a los
habitantes de estas zonas tan
difíciles de abastecer.
Aún contando con medios
avanzados, los ganaderos,
conociendo el terreno, tienen
tremendas dificultades para llegar
a sus animales y ayudarles en su
alimentación y
proporcionarles también
cobijo y agua. Los que van al
rescate se están
enfrentando a peligros y
dificultades para acceder a los
núcleos de
población esperando que el
tiempo les dé alguna
tregua para realizar su cometido.
A
nivel particular, tanto ganaderos
como cazadores están
trabajando para proporcionar a los
animales alimento de subsistencia;
muy difícil de depositar en
los terrenos donde la fauna se
está agrupando, con grave
riesgo de aludes y zonas de hielo
de imposible tránsito a
personas y vehículos a
motor. En otras grandes nevadas y
aún contando con
comederos de fauna, se produce
mortandad animal, y se puede
considerar, en parte,
selección natural. La
ganadería extensiva
presente en estas zonas y el
esfuerzo que realizan los
ganaderos por alimentar a sus
reses favorecerá, sin duda,
también a la fauna salvaje.
No
faltan medios. Es la imposibilidad
de usar los mismos lo que puede
marcar el desarrollo de las futuras
acciones que se están
apremiando por diferentes
sectores. Los helicópteros,
con alta efectividad en estos
cometidos, tienen como enemigo
en sus salidas al fuerte viento y la
niebla. Son condiciones muy
peligrosas y todos esperamos que
el tiempo dé un respiro a
estas unidades de la Guardia Civil
y de la Junta.
El
metro y medio de nieve es la
tónica general en muchos
municipios dificultando por tanto el
trabajo en atender incluso las
naves ganaderas cercanas a los
núcleos habitados.
Encontrarse con neveros, zonas
heladas y con más de tres
metros de nieve acumulada es
muy corriente y dejan al personal
con sensación de
impotencia.
Recomendamos en el
encuentro con animales salvajes o
domésticos, no acercarse
en demasía con medios
mecánicos o
vehículos a motor y no dar
voces o apremiarles, ya que en las
desbandadas que se producen,
muchos caen en zonas profundas o
con acumulación de nieve
produciéndose su muerte.
Esta
Federación ha solicitado a
la Junta de Castilla y León
su autorización para que las
sociedades y clubs que tienen sus
cotos de caza en la zona puedan
colaborar, como ya se está
haciendo de hecho, en la
alimentación de la diversa
fauna afectada y pedimos la
colaboración de todos los
miembros federativos y cazadores
que puedan prestar ayuda en la
alimentación de la fauna de
nuestras montañas.