La Federación Territorial de Pesca de Álava está en riesgo de extinción, lo que podría poner en la calle a sus ocho empleados, entre los que se encuentra un administrativo, un biólogo y seis guardas. Sin embargo, la cuestión económica no ha sido la que ha provocado que no se prorrogue el convenio, que desde 1998 mantiene con la Diputación. Según explica el director de Agricultura, Eduardo Aguinaco, fue el propio colectivo el que les comunicó por escrito en septiembre que no quería renovarlo, «ante su propia incapacidad de gestión económica y organizativa».
Aguinaco especifica que ni las diversas reuniones que han mantenido con los representantes de la Federación para negociar el convenio no han logrado convencerles. «Es una organización sin ánimo de lucro que, al hacer contrataciones, se ha visto incapaz de responder a los gastos y obligaciones de su personal. Se han visto superados al afirmar que ni por el doble de dinero querían desarrollar la labor».
Ante esta decisión, la Diputación no ha tenido más remedio que «respetarla» y mostrar su satisfacción por el trabajo desarrollado por la misma hasta la fecha. Tanto es así que Aguinaco añade que «por nuestra parte era prorrogable porque estábamos encantados de continuar con ellos». De hecho, el presupuesto foral ya tenía reservada la misma cantidad para destinarla a esta agrupación que suponía unos ingresos anuales de 200.000 euros.
Dado que Agricultura continúa con los «mismos recursos y los mismos medios», Aguinaco asegura que ni la vigilancia de los ríos ni la gestión de los permisos para la pesca de trucha y de cangrejo peligrará. «La gestión administrativa de las licencias la asumirá la propia Diputación como ya lo venía haciendo antes del convenio y, en la parte de guardería, ésta se reforzará con los recursos propios de la partida reservada», cuenta Aguinaco, quien añade que en estos momentos se valora qué entidad vigilará los cotos alaveses de trucha y cangrejo.