La Federación Navarra de Caza reclama una apuesta del Gobierno para recuperar el ecosistema perdido en el incendio de Bera
Cazadores de la localidad y Lesaka lamentan que se haya perdido para varios años el hábitat de especies como jabalí o corzo
Mientras las autoridades investigan todavía la causa del incendio que la pasada semana calcinó 770 hectáreas en la zona fronteriza entre Navarra, Guipúzcoa y Francia, la Federación Navarra de Caza (FNC) ve necesario que el Gobierno foral se involucre y se comprometa a aportar inversiones para recuperar el ecosistema, evitar la erosión del suelo fértil y recobrar el hábitat de especies como la liebre europea, la becada, el corzo o el jabalí.
El fuego afectó a zonas de reserva para estos animales y a refugios de caza y palomeras, a la vez que arrasó también con entornos naturales importantes para aves migratorias. Por otro lado, todas las gestiones que las administraciones y los cazadores realizan año tras año para controlar las poblaciones, mantener los ecosistemas y emplear los recursos naturales han quedado seriamente comprometidas.
El colectivo cinegético muestra su preocupación por la situación de este entorno, que incluye zonas de especial interés para la fauna. Entre sus integrantes, se encuentran los jóvenes que recientemente habían comenzado un estudio acerca de la migración de la becada, y que deberán afrontar ahora una tarea muy compleja, si quieren estudiar el paso de estas aves o la vuelta a sus lugares de anidación.
Desde la FNC, se pone asimismo el acento en la liebre europea, que ya antes del incendio sufría una coyuntura muy desfavorable, al haber experimentado su población un descenso acuciante durante los últimos años. En los próximos años, será necesaria una repoblación si se desea lograr que su número de ejemplares se estabilice en la región. Del mismo modo, alertan sobre la tesitura que afronta el conejo, con una existencia casi testimonial en la zona, pero cuya presencia resulta imprescindible, al ser el alimento de otras especies.
Y en el marco de la caza deportiva, las sociedades de cazadores afectadas deberán luchar contra una merma en el número de sus socios, al huir las poblaciones de jabalíes y corzos a otros lugares a consecuencia de la pérdida de sus hábitats por el fuego. Precisamente, el presidente de esta entidad en Bera (con 400 socios inscritos), Lorenzo Jaurena, prevé que, en dos o tres años, no quede nada allí. «De los jabalíes que entraban, ahora se irán a Francia, que es donde comen. En esa parte, hay gente que planta maíz y los animales tienen allí mucho alimento y pueden criar con facilidad», expone, al tiempo que remarca que «Bera tiene poco espacio para la caza y, si se han cortado casi todos los árboles que había y ahora se ha quemado el resto, la situación es bastante mala».
Jaurena detalla que la zona, en la que había gran cantidad de matorral, estaba bastante descuidada y opina que, pese a lo escarpado del terreno, se podrían haber acometido algunas actuaciones para tratar de adecentar el monte. «Lo que sí está claro es que el incendio fue intencionado, aunque costará mucho demostrarlo. Y hay que agradecer al grupo de jóvenes que, al conocer bien el lugar, acudieron para sacar de allí al mayor número de animales, sobre todo caballos y vacas», apunta.
Quien conoce de primera mano la lucha contra el fuego de la pasada semana es Peio Apezteguia, presidente de la Sociedad de Cazadores de Lesaka y uno de los bomberos voluntarios que colaboró en las labores de extinción. En su caso, asegura que en su localidad «se quemó un pinar bastante grande, que era zona de resguardo para los jabalíes, aunque la zona afectada por el fuego no es muy exagerada, teniendo en cuenta que Lesaka cuenta con 5.300 hectáreas».
A su juicio, se trata de un terreno en el que es muy complicado actuar. «Habría que hacerlo a mano, ya que las máquinas no pueden entrar, porque son zonas muy escarpadas y salvajes. No hay accesos ni vías, por lo que tuvimos que esperar al fuego en la parte de arriba», recuerda. Por otro lado, enfatiza que en la sociedad de Lesaka, con 280 socios, invierten dinero todos los años en iniciativas para mejorar el hábitat. «No hemos gastado mucho en desbroces, arreglos de caminos, accesos€ Y eso es un bien que no solo es para los cazadores, sino para todo el mundo», incide.
El técnico encargado de realizar los planes de ordenación cinegética en la zona, Alberto Artázcoz, confirma que costará un par de años recuperar la vegetación que se ha perdido en el incendio, pese a que considera que las poblaciones animales regresarán después sin mayor problema. «Llegaban animales desde Francia y desde Irún, ya que la zona cercana al río Bidasoa, con laderas bastante abruptas, son buenos refugios para jabalíes y corzos», manifiesta.
«Si el fuego ha sido superficial, como así parece, el arbolado no sufrirá y podrá regenerarse bien en los próximos dos o tres años. En ese tiempo, los animales se marcharán a otros lugares, pero regresarán. Al quemarse los pastizales, incluso les beneficiará a los corzos, porque esta primavera saldrá hierba fresca y tendrán sitios interesantes de alimentación. Y para refugio, tanto a los corzos como a los jabalíes, con poco sitio les sirve. Pero en dos o tres años, no se podrá cazar», destaca.
Fuente. noticiasdenavarra.com