En noviembre de 2013 la
Consejería de Agricultura de la Junta
de Castilla-La Mancha aprobó la
convocatoria para el ejercicio 2013 de las
ayudas para potenciar «el
aprovechamiento sostenible de los cotos
privados de caza y el turismo
cinegético» con cargo al
Programa de Desarrollo Rural de Castilla-La
Mancha.
La cuantía total máxima
destinada a dichas subvenciones quedó
establecida en 500.000 euros pero ahora, un
año después y sin haber resuelto
todavía la convocatoria, se ha
publicado en el Diario Oficial una
Resolución de la Dirección
General de Montes y Espacios Naturales, por la
que se amplía el crédito
disponible en 259.681 euros, pasando a ser en
total 759.681 euros los que se
repartirán en subvenciones finalmente.
Aunque no se ha justificado esta
ampliación de crédito en un
50% parece motivada por el número
de solicitudes presentadas.
Esta línea de ayudas se
justificó en la exposición de
motivos de la convocatoria, firmada por la
consejera María Luisa Soriano, en que
la caza «genera desplazamientos de cazadores,
familiares y amigos» y por lo tanto una
«importante actividad
turística”.
Los cotos privados, únicos
beneficiarios, pueden recibir ayudas para crear
pastizales, colocar abrevaderos, comederos, o
cumplir el programa sanitario, entre otras
acciones de mejora. También se
subvencionan infraestructuras para favorecer el
turismo cinegético, tales como
alojamientos, caminos, pantallas naturales,
muladares o zonas de evisceración.
Asimismo también se subvenciona la
creación de itinerarios y observatorios.
Finalmente se pueden obtener ayudas para
competiciones de caza, jornadas, exposiciones
y material de promoción.
Empleo escaso
Para justificar el decidido apoyo a la caza
por parte de la Junta de Castilla-La Mancha, el
Gobierno viene insistiendo en que los 7
millones de hectáreas que ocupan los
aproximadamente 5.500 cotos de caza de la
región generan 6.500 empleos con unos
jornales anuales de 1,68 millones de euros y
una facturación anual de la actividad
calculada en 600 millones.
Desde Ecologistas en Acción niegan
la mayor, justamente basándose en los
datos oficiales que lo que demuestran, en su
opinión, es que “la ratio de
empleo es bajísima, con poco
más de un empleo por coto y menos
de un empleo para cada 1.000
hectáreas de terreno acotado a la
caza”. La media de facturación
de 100.000 euros por coto resulta llamativa
para los ecologistas “ya que refleja una
cifra que no se corresponde con los gastos que
se hace en personal. Esos datos invitan a
pensar que muchas de las personas que
trabajan en monterías no están
registradas oficialmente”,
indican.
Al margen de las valoraciones
éticas y ecológicas sobre la
caza, para Ecologistas en Acción resulta
“cuestionable el apoyo de las
administraciones públicas, en forma de
subvenciones, a un negocio que beneficia a
pocas personas y no al conjunto de la
ciudadanía” mientras que
“otras actividades económicas y
el medio ambiente se ven
perjudicados”.