El jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en León, Mariano Torre, aseguró ayer que la Administración autonómica no sólo no pondrá ningún reparo a los descastes con hurones para luchar contra la plaga de conejos que amenaza los viñedos de la principal zona vinícola del Bierzo, sino que concederá los permisos con la mayor brevedad posible siempre que estén formalizados de acuerdo a lo que exige la normativa.
Según Torre, la solicitud de los descastes tiene que provenir de un coto de caza y estar justificada por los daños.
El jefe de Medio Ambiente asegura que no se suelen conceder dichos permisos en atención a solicitudes particulares, pues la caza es un derecho de los cotos, quienes eventualmente también serían responsables de los daños que pudiera causar una plaga de este tipo.
En todo caso, Torre asegura que los conejos están produciendo daños no sólo en El Bierzo, sino en otras zonas y que los descastes con hurones dan muy buenos resultados, siempre que se hagan correctamente y con una cierta periodicidad para evitar que la población de conejos se dispare.
Torre también alabó el empleo de hurones por tratarse de un sistema muy poco agresivo con el medio ambiente y recordó la prohibición tajante del empleo de venenos, por sus altos costes e impactos medioambientales.
Por oto lado, desde el servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta no se tiene constancia de que los conejos que atacan los viñedos, y en algún caso los frutales, de El Bierzo sean de procedencia extranjera ni mucho menos australianos, como se sostiene desde el sector de los viticultores.
Cabe la posibilidad de que aunque se trata de unos conejos mucho más pequeños y con el hocico más afilado que los que se han visto tradicionalmente, siga siendo una especie autóctona que, por el motivo que sea, tal vez por su resistencia y voracidad, haya podido desplazar a las otras.
A la espera
En todo caso, aunque algunos viticultores ya están tramitando los permisos para proceder a los descastes con hurones, lo cierto es que estos descastes todavía tendrán que esperar y no sólo por razones administrativas de concesión de las autorizaciones pertinentes, sino porque hay que elegir muy bien el momento, ya que si coincide con un momento de cría, el hurón hará presa de las crías y no abandonará la madriguera hasta que se le pase la ‘borrachera’ de sangre.
En tales casos el empleo de hurones no es todo lo eficaz que debiera ser y no se obtiene el resultado perseguido, que es dar caza y muerte al mayor número posible de roedores.