La consejera de Medio Ambiente y vicepresidenta primera de la Junta de Castilla y León, María Jesús Ruiz, aseguró ayer, durante la inauguración del Centro de Interpretación de las Loberas en Caleruega, al sur de la provincia burgalesa, que el Gobierno regional gastó un millón de euros el año pasado en tareas preventivas y de compensación por los daños ocasionados por lobos en la Comunidad. En total, la Junta registró más de 700 ataques de lobos, que terminaron con la vida de más de 2.150 cabezas de ganado , lo que supuso indemnizaciones a los ganaderos por importe de unos 300.000 euros. A esta cantidad se sumaron 700.000 euros del programa de ayudas para la instalación de vallas especiales para cercados de ganado, al que se acogieron 127 recintos de Castilla y León.
La vicepresidenta consideró «positiva» la evolución de la población de lobos en Castilla y León que, según el último censo de 2009, está estimada en unos 1.500 repartidos en 150 manadas localizadas al sur del Duero, donde el lobo es especie protegida, y al norte, donde se pueda cazar, aunque de forma controlada. De hecho, dentro de las excepcionales autorizaciones de caza emitidas por el Gobierno regional cinco se concedieron al norte del Duero, pero ocho al sur de este río, donde el lobo era una especie con mayores dificultades de supervivencia. En este sentido Ruiz reconoció que la única zona de la región donde parece que sigue en riesgo la supervivencia de la especie es la comarca de Tierra de Campos.
La consejera aprovechó también la apertura de este «ecomuseo», en el que se puede ver donde se estabulaban las ovejas y la lobera donde se refugiaba el pastor, para recordar que la Junta y el Ministerio de Medio Ambiente colaboran actualmente en la puesta en marcha de un centro temático del lobo en la Sierra de la Culebra (Zamora), que se apoyará con senderos para su avistamiento y para conocer su hábitat. La vicepresidenta reconoció que, aunque el lobo causa daños en la ganadería, también supone una «riqueza».