La leche de almendras está matando a las abejas
Cada vez somos más los que nos decantamos por las bebidas vegetales. El consumo de leche entera ha caído en España un 65% en las dos últimas décadas y entre julio de 2017 y julio de 2018 en España consumimos 164.331 litros de bebidas de soja, almendra o coco. Sin embargo, la producción de algunas de estas bebidas no está exenta de polémica: en Estados Unidos, donde el consumo de leche de almendras ha aumentado un 250% en cinco años, cada vez son más los apicultores que alertan de los riesgos de la producción industrial de la almendra, que conlleva, también y aunque lo obviemos por completo, una polinización industrial.
Según publicó The Guardian, las crecientes demandas de la industria en California están poniendo en peligro las colmenas utilizadas para polinizar los huertos y acabando con mil millones de abejas en cuestión de meses. Los apicultores que alquilan colmenas para polinizar en la zona llegan a perder el 30% o más de sus abejas cada año: solo durante el invierno del año pasado y según una encuesta realizada en la zona a apicultores comerciales, 50 mil millones de abejas murieron durante el invierno pasado.
Esta disparada tasa de mortalidad podría correlacionar, según ellos, con las enormes cantidades de pesticidas de los almendros de la zona del Valle Central de California, que copa el 80% de la producción mundial de almendras. La concentración de un gran número de abejas, necesarias para polinizar este fruto, en un área geográfica tan pequeña, unido a que para ellas la polinización de esta especie es especialmente exigente da como resultado esos elevadísimos números de muertes.
Patrick Pynes, uno de los apicultores de la zona, profesor de Estudios Ambientales en la Universidad del Norte de Arizona declaró a The Guardian que las abejas están siendo explotadas y no se las respeta. «Están en grave declive porque nuestra relación con ellas se ha vuelto muy destructiva». Así que no: quizá consumir leches vegetales no sea sinónimo necesariamente de estar contribuyendo a la erradicación del sufrimiento animal ni de su explotación por el hombre. Ni mucho menos al equilibrio de los ecosistemas.
Fuente. Facebook