PP y PSOE se han puesto de acuerdo para acabar con un «escenario contradictorio» -así lo definen-, en relación con la actividad de la cetrería en Castilla-La Mancha. Se refieren a que, por un lado la Ley ‘corta las alas’ a esta actividad, mientras que la Unesco la acaba de declarar como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Esta distinción, que cosechó la cetrería el pasado 17 de noviembre (junto con el flamenco, los castells o la dieta mediterránea), ha obligado a los diputados castellano-manchegos a modificar la Ley de Conservación de la Naturaleza, aprobada en 1999.
La propia exposición de motivos que han redactado PP y PSOE para cambiar la norma reconoce que en la cetrería existe «un mercado legal de aves proveniente de la cría en cautividad, posibilitando un nuevo panorama que hace posible que esta práctica pueda realizarse sin poner en peligro las poblaciones silvestres de rapaces».
Los dos partidos políticos han acordado cambiar dos artículos concretos. Uno de ellos prohibía la «tenencia, cultivo o cría de especies exóticas en instalaciones o circunstancias que posibiliten el escape o dispersión de la especie y su invasión del medio natural». Hasta la fecha, sólo se eximía a las especies utilizadas en jardinería, agricultura o ganadería que por sus características no pueden sobrevivir ni multiplicarse fuera del medio artificial. Ahora PP y PSOE van a añadir una excepción más, la de «especies autorizadas para la práctica de cetrería». Ahora bien, en estos casos se exigirán que adopten las medidas necesarias para evitar la dispersión de estos ejemplares en el medio natural.
Los dos partidos añadirán un punto más a este artículo. Y es que la cría en cautividad de especies para la cetrería deberá estar autorizada por la Consejería responsable del área de caza (en la actualidad la de Agricultura y Medio Ambiente).
Las Cortes regionales también modificarán el artículo que regula la reproducción en cautividad de fauna amenazada. En este caso a la cetrería no se le aplicarán dos reglas. La primera es la que obliga a los poseedores de ejemplares de fauna amenazada que adopten las medidas necesarias para evitar su reproducción. La segunda norma que no tendrán que cumplir les da vía libre a los cetreros para usar ejemplares de especies amenazadas para la obtención de ejemplares híbridos o modificados genéticamente. Estas modificaciones se aprobarán en las Cortes posiblemente antes de que se disuelvan para terminar la legislatura.