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La población de jabalíes se duplica en cinco años y amenaza a los agricultores

No existe un censo de los jabalíes que vagan por los montes y campos de la Comunitat, pero los expertos están de acuerdo en que su número se ha disparado. Según fuentes de la Conselleria de Medio Ambiente, la cantidad anual de cerdos salvajes cazados «ha ido en aumento año a año» hasta llegar a los 10.000 ejemplares.

Los cazadores valencianos también lo constatan y estiman que se han duplicado en los últimos cinco años. La masiva presencia de estos mamíferos se ha traducido incluso en desgracias personales. La última de ellas es un agricultor de Tous que el sábado murió al ser atacado por un jabalí en Guadassuar, como avanzó en exclusiva LAS PROVINCIAS. La semana pasada dos personas perdieron la vida en un accidente de tráfico causado cuando uno de estos ejemplares cruzó una carretera en Requena.

Y han saltado las alarmas. La Unió de Llauradors, a la que pertenecía la última víctima, habla ya de «plaga de fauna salvaje» para referirse al fenómeno, que asedia aún más a la maltrecha economía de los agricultores valencianos.
 
«Los jabalíes y conejos han provocado en los últimos años numerosos daños en los campos en su búsqueda de alimento», enfatiza La Unió. Las bestias porcinas «destrozan con su tremenda fuerza cuanto encuentran a su paso». Según los agricultores, «antes su presencia se limitaba a las zonas montañosas o muy alejadas de núcleos de población, pero cada vez se aprecian más animales en zonas de litoral o incluso urbanas». «Pese a la magnitud de los daños», lamentan, «no existen ayudas para los afectados».

Invasión de carreteras
 
Un ejemplo corrobora estas afirmaciones: existe un tramo en una carretera que atraviesa la Marjal de Pego donde cada año se producen entre ocho y diez accidentes de circulación al invadir los jabalíes el asfalto. Algunos cazadores aseguran haber visto estos mamíferos cerca de la Albufera, a muy pocos kilómetros de la costa.

Ante el problema, los agricultores exigen soluciones urgentes. «Hemos solicitado en reiteradas ocasiones a la Conselleria de Agricultura y a la de Medio Ambiente que actúen de forma conjunta», expresó ayer La Unió. «Hace unos meses», añadieron, «presentamos un plan de actuación que fue recibido con agrado, pero pasa el tiempo y no se hace nada».
Consciente del incremento de jabalíes, la Generalitat pondrá en marcha de manera inminente una nueva orden para regular la caza de esta especie e intentar controlar los altos niveles de población. En la actualidad se encuentra en el Consejo Jurídico Consultivo, el paso previo a su publicación.

La nueva norma regulara el método de caza denominado ‘en espera’ y unificará los periodos de ganchos y batidas, que hasta ahora depende de cada provincia. También se incrementará los periodos para la caza de jabalí y se elevará a 30 el número máximo de perros para la caza con ganchos (hasta ahora limitado a 15).

Actualmente la Generalitat autoriza todos los años batidas de jabalíes durante la temporada de caza. «Todos los cotos con presencia de jabalí tienen batidas autorizadas prácticamente todos los fines de semana», recalcan desde Medio Ambiente. La Conselleria también relaciona el aumento de estos mamíferos con que «aún no existe una deseable reconversión del aficionado de caza menor a la caza mayor», la de los jabalíes.

Según los expertos de Medio Ambiente, el incremento de esta especie porcina no es una tendencia exclusiva de los montes de la Comunitat Valenciana, sino que está «generalizado» en toda España. Este aumento ha dado lugar a nuevas normas para favorecer su caza.
 
La otra voz es la de los cazadores, quienes ven con agrado que su afición sea más necesaria que nunca para garantizar la seguridad en campos y carreteras. Francisco Román, portavoz de la FereraciónValenciana de Caza y Pesca, constata que el número de jabalíes casi se ha duplicado en los últimos cinco años y «se están otorgando permisos para cazar prácticamente todo el año».

«Sólo a lo largo de este último año», matiza Román, «hemos percibido un ligero descenso en la cantidad de piezas cazadas, lo que puede ser resultado de los muchos jabalíes que han sido abatidos en los últimos años a causa de su creciente presencia» en los montes.

Más permisos

Antes, recuerda, su caza se autorizaba entre octubre y enero, y en un segundo periodo entre finales de enero y febrero. «Ahora se están dando permisos desde mayo para tratar de reducir la elevada población alcanzada en los últimos años».

Desde la Federación Valenciana de Caza sí creen que se está produciendo un trasvase de aficionados de la caza menor a la caza mayor, en parte por la gran cantidad de piezas de esta última modalidad. «El cazador lo que quiere al fin y al cabo es practicar su afición y jabalíes hay muchos», resume Román.

¿Cuál es la razón del aumento de jabalíes? En opinión de Román, el progresivo abandono de cultivos en la última década ha hecho que esos viejos terrenos agrícolas se hayan convertido en masa forestal. Según destaca, «existe más vegetación y los montes se han espesado más, condiciones que favorecen la crianza de los jabalíes».
Los ejemplares, describe el experto, «tienen su hábitat en zonas cada vez más cercanas a los límites con los campos valencianos», de ahí que busquen su sustento entre las raíces, lombrices o caracoles propios de las zonas de cultivo. El daño para los agricultores es inmenso, ya que en ocasiones son manadas enteras las que pisotean sus campos en las frecuentes visitas a por alimento. En épocas de sequía, todavía es peor. Los cerdos salvajes, en su desesperada búsqueda de agua, mordisquean las gomas de los sistemas de riego por goteo.
 
Según estimaciones de la Federación de Caza, sólo en la provincia de Valencia se producen de cuatro a cinco batidas de jabalíes al año por cada coto de caza. Teniendo en cuenta la cantidad de estos espacios (unos 450), la cifra anual de estas salidas en busca de los animales ronda las 2.200.

La gran presencia de jabalíes también tiene otra repercusión: se ha doblado la contratación de seguros para cubrir los posibles daños que los jabalíes puedan causar en los cotos. Los titulares de estos terrenos de caza, bien particulares o clubes de aficionados, son quienes deben responder legalmente de los daños que causen los animales, por lo que pagan coberturas que rondan los 300 euros al año.

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