A mal tiempo, buena cara. A este conocido refrán se aferran durante estos días los aficionados a la caza en Cantabria. Y es que, aunque las condiciones climatológicas no son las más deseables para la práctica de la actividad cinegética, se están consiguiendo algunos resultados que sólo se pueden calificar como muy positivos.
En el último fin de semana de actividad en la Reserva del Saja tuvieron que ser aplazadas nueve batidas, pese a lo cual se abatieron 40 jabalíes que, sumados a los cazados hasta la fecha, totalizan 777, una cifra que no permite pensar en un nuevo récord, aunque sí confirma que la temporada acabará de una forma más que brillante.
En Liébana, la comarca más productiva, no se produo en esta ocasión ni un solo cupo, aunque en tres montes (Panda Carrielda, Pámanes y Robla Subiedes) se quedaron muy cerca, ya que en cada uno de ellos se abatieron siete cerdos salvajes. Algo peor fueron las cosas en Arretuerto y Barajo, que saldaron la jornada con tres ejemplares cada uno de ellos.
En Campoo únicamente se tocó pelo en el monte de Fuentes Este, en donde se mató un animal, mientras que en Cabuérniga se consiguió el cupo en La Mahílla y El Táladro y se cazó otro en La Miña.
La Cestera, con un suido, fue el único monte de la comarca del Nansa que pudo aportar algo, ya que el resto de las batidas tuvieron que ser aplazadas.
Por último, en la zona de Iguña, sólo se pudieron celebrar con normalidad dos cacerías, las de Vaocerezo y Fresneda Gesía. En ambas se consiguió el cupo, es decir, un par de jabalíes en cada una de ellas.