La sanidad vegetal, un potente instrumento frente al desperdicio alimentario
1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden o desperdician en el mundo cada año. Un problema que no solo tiene implicaciones éticas sino también medioambientales: el desperdicio alimentario es responsable de alrededor de un 10% de la emisión de gases de efecto invernadero. Las buenas prácticas agrícolas que combinan productividad y sostenibilidad son las primeras armas para evitarlo. AEPLA reafirma su posición como impulsora de la sanidad vegetal
La pérdida de alimentos por daños a las cosechas es un factor importantísimo si se quiere abordar de manera integral el combate contra el cambio climático. La Unión Europea lleva trabajando desde 1990 para que el sector agrícola reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero. Y sus esfuerzos no han sido en vano: desde entonces dichas emisiones se han reducido en un 20%.
Hasta el 40% de la producción potencial de cultivos a nivel mundial se pierde anualmente por plagas y enfermedades
Aun así, queda mucho por hacer, no solo en lo que al cuidado del medioambiente se refiere. 36 millones de personas podrían cubrir sus necesidades calóricas tan solo con los alimentos perdidos o desperdiciados a nivel de punto de venta o en los hogares de los consumidores. Además, no hay que olvidar que gran parte de las cosechas potenciales se pierden por daños provocados en las cosechas por la acción de plagas y enfermedades sobre los cultivos, lo que impide que estos productos puedan ser finalmente comercializados.
La solución a estos problemas es la sanidad vegetal, que contribuye tanto al abastecimiento alimentario de la población en cantidad y calidad como al equilibrio entre agricultura y medio ambiente.
En este contexto, cabe destacar la firme apuesta de AEPLA por la implantación de buenas prácticas en la prevención y combate de daños en los cultivos. Estas son esenciales para garantizar la salud de los consumidores, la seguridad de los agricultores y la protección del medio ambiente.
Existe una relación directa entre la sanidad vegetal en la agricultura y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Las medidas que fomenta AEPLA van dirigidas a la optimización de la actividad agrícola, en ámbitos tan diversos, y a su vez interconectados, como los siguientes:
- La seguridad de los agricultores y aquellas personas que trabajan diariamente en la protección y desarrollo de los cultivos agrícolas; toda actividad que se lleve a cabo en el ámbito de la agricultura debe tener como premisa fundamental su carácter seguro para las personas que la desarrollan y, de igual forma, para aquellas que forman parte tanto de su entorno próximo como de los demás eslabones de la cadena de valor alimentaria.
- La gestión óptima de recursos y la protección del medio ambiente; la productividad agrícola debe estar acompañada de la eficiencia en el uso de recursos y el respeto del entorno en el que se desarrolla su actividad. Hay que destacar las medidas de protección del agua, del suelo y de la biodiversidad y el reciclaje de los envases utilizados.
- La salud y seguridad alimentaria de los consumidores; ya que el objetivo esencial, y podríamos decir único, de la actividad agrícola es ofrecer alimentos seguros, de calidad y a un precio asequible para todos.
La influencia de la sanidad vegetal sobre el bienestar de la sociedad no solo debe entenderse en el desarrollo de un sector agrícola más productivo y competitivo, sino por hacer posible una agricultura sostenible y alineada con la conservación de nuestro entorno y del medio ambiente en su conjunto. Un estudio del Foro por la Alimentación y la Agricultura de la Universidad Humboldt del 2013 señaló que cada 10 % de pérdida de productividad, sólo de la agricultura europea, supondría la emisión de 2200 millones de toneladas de CO2 y la necesidad de ocupar 12 millones de Hectáreas para la producción alimentaria.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha declarado este año 2020 como Año Internacional de la Sanidad Vegetal. Esto se traduce en un claro reconocimiento de los mecanismos dirigidos a garantizar la salud de las plantas, no solo para el futuro de la agricultura, sino también para el desarrollo, bienestar y calidad de vida de nuestra sociedad. Desde AEPLA se han propuesto dedicar cada mes a uno de los diferentes aspectos esenciales sobre los que radica la importancia de la protección de las plantas para nuestra vida diaria y nuestro futuro en común.
Fuente. elmundo.es