La realidad de la aparición de ciervos muertos con síntomas de sarna en el alto valle del Oja difiere en las cifras. El Colectivo Ecologista de La Rioja, inusualmente alineado con algunas sociedades de caza en su crítica a la gestión medioambiental regional, apuntaba la aparición de nueve ejemplares el penúltimo fin de semana, que el director general de Medio Natural, Miguel Urbiola, reducía a ocho en el último mes.
Ayer, la Sociedad Local de Caza y Pesca de Ezcaray dio a conocer una comunicación, sellada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Ezcaray, en la que contabilizaba catorce cadáveres localizados entre el 1 el y 6 de marzo en lugares cercanos a pistas, sendas y aldeas.
En dicho comunicado -el número 17 desde el 3 enero-, suscrito por el presidente de la sociedad de Ezcaray, Gerardo Hernando, se hace constar que para la mayoría de las actuaciones referidas a los animales muertos se contó con la presencia e intervención de los miembros del Seprona de Ezcaray; que en alguna de ellas participaron agentes del puesto de la Guardia Civil de la villa, un agente forestal, el guarda particular de la propia sociedad de caza y miembros de ésta. También indica que, en alguna ocasión en que no se pudo disponer del servicio del Seprona se comunicó al 062, y, para apuntalar la veracidad de lo expuesto, refiere la existencia de «numerosos archivos fotográficos y documentales», que pone a disposición de la Benemérita.
El comunicado detalla el estado de los ejemplares hallados muertos -doce de ellos con sarna, algunos se encontraban sin cabeza-, y su localización, la mayoría en el entorno de las aldeas de Ezcaray. Como dato curioso, el 1 de marzo apareció un ciervo sarnoso en el interior de una jaula para perros, propiedad de un cazador, que se encontraba abierta.