El «campanu» se mostró ayer esquivo en los ríos de la provincia y, así, el primer día de la temporada de pesca del salmón se cerró sin capturas en los principales cotos salmoneros de los ríos Lérez y en el Ulla.
Un pequeño grupo de pescadores dio inicio a la temporada del salmón en el río Lérez, con ningún éxito en cuanto a capturas. La temporada de pesca del salmón en el coto de Monte Porreiro arrancaba con un cupo máximo de ocho piezas por día, pero los deportistas no llegaron a estrenarse. Sí hubo algunas presas, pero de reos y truchas.
Lo intentaron durante toda la jornada cambiando de puestos y de cebo, con gusano y cucharilla, pero a pesar de avistar algunos ejemplares en el río no llegaron a capturar ningún salmón.
Los pescadores destacaron que la primera jornada de la temporada fue anómala, ya que las condiciones climatológicas y del agua eran favorables.
En el coto salmonero de Monte Porreiro la Consellería de Medio Rural había asignado cinco permisos al día, pero solo se presentaron tres deportistas, de los que solo uno llegó hasta el anochecer en el río.
Río Ulla
El «campanu» tampoco apareció en los cotos del río Ulla: Ximonde, Couso y Sinde. Concluía así con decepción un día que arrancaba con gran expectación y, a priori, buenas perspectivas. Las tormentas de los últimos días habían dotado a las aguas fluviales de una turbidez. Y ya se sabe: «A río revuelto, ganancia de pescadores».
Aunque la temporada arrancaba a las seis de la madrugada, los pescadores –quizás pensando que «no por mucho madrugar amanece más temprano»– no apuraron estos primeros momentos. Así, en Ximonde, los deportistas más madrugadores no ocuparon sus puestos hasta las 7.30 horas. La mayoría de las dieciséis cañas con autorización para ayer –cuatro en Ximonde, seis en Couso y otras seis en Sinde– llegaron al río hacia las 8.00. Algunas incluso se retrasaron hasta las 10.00. Fue en estas primeras horas donde pareció estar cerca la captura del «campanu». Dos ejemplares del «rey del río» lograron escapar tras picar sendos anzuelos en los cotos de Sinde y Ximonde. La primera «picada» se produjo pasadas las 9.00 en Sinde. La segunda llegaba alrededor de las 10.20. En este caso, el salmón estuvo cerca de caer en la «sacadeira» pero, cuando el pescador lo aproximó a la orilla, el ejemplar de «pez rey» aun tuvo fuerzas para luchar por su vida y, como premio, recobró la libertad.