No es ésta una buena
temporada para las aves acuáticas. Las
limitaciones que impone la normativa de caza
sobre zonas de seguridad y aguas corrientes,
permite a los ánades refugiarse en
lugares seguros.
Las fuertes heladas han tardado en llegar.
Mientras las heladas no son muy fuertes de
cualquier charca o humedal puede salir una
pareja de “azulones”.
A lo largo del recorrido del AVE y otras
obras públicas por Tierra de Campos,
debido a las extracciones de zahorras, han
quedado multitud de lagunas en las que
pueden verse lavancos, fochas y otros
ánades. Pero ahora, que han
comenzado a helarse las aguas estancadas, se
dirigen a los ríos y allí, no se
las puede disparar salvo guardando la debida
distancia. Ya han comenzado a llegar algunas
cigüeñas. Coincidiendo con su
entrada suelen aparecer y de hecho ya se
están viendo otros ánades
como las Cercetas, un pato pequeño
pero muy apreciado tanto por su carne como
por la elegancia y rapidez de su vuelo.
También la agachadiza, presente en los
bordes de las zonas húmedas, presenta
una notable dificultad en el tiro. Menos
abundantes son los patos cuchara, pese a que
con suerte puede encontrarse alguna pareja de
paso y, absolutamente excepcionales, son los
gansos.
Las formaciones de ánades
volando a gran altura pueden verse con cierta
frecuencia en las proximidades de ríos
y lagunas. Especialmente llamativos por su
tamaño son los cormoranes volando en
grupos de seis a catorce o quince individuos.
Esta temporada han entrado en dos oleadas.
En la primera en octubre se apreciaron menos
“cuervos marinos”, pero ahora
han llegado muchos más sembrando a
inquietud entre los pesadores. Especialmente
en las inmediaciones de los pantanos hay
buenas concentraciones, también en las
choperas del Órbigo y del Esla.
Desde hace un par de años han
desaparecido las espectaculares
concentraciones del dormidero ubicado en la
chopera de la confluencia del Torío y
Bernesga, próxima a la capital. Este
año tan solo se aprecian algunos
individuos aislados. En esta zona del
río abundan los ciprínidos, pero
últimamente también se ha
visto alguna trucha. En todo caso el
cormorán, sin ser especie protegida,
tampoco lo es cinegética, por lo que no
se puede cazar en general. Si se conceden, sin
embargo, autorizaciones especiales para
controlar sus poblaciones o erradicar a estas
aves de puntos sensibles como los frezaderos.