Las multas amenazan el futuro ganadero del oriente de Ourense
La gota que colmó el vaso, una multa de 100 euros por tener un perro suelto cuidando de las reses.
Las multas atenazan a las explotaciones ganaderas del Macizo Central. Las notificaciones de sanciones son constantes. 500 euros por instalar un pastor eléctrico sin el debido proyecto, 600 por un cañón detonador para espantar la fauna, 6.000 por arrojar purines en exceso, 80 por cada vaca que pasta en la cuneta de una carretera y, quizá la más sorprendente: 100 euros por tener un perro cuidando del ganado de una explotación en extensivo.
«Non pode prohibirse todo no medio rural!», comentó este martes Pedro Rodríguez Parente, presidente de Agromacen (Agrogandeira do Macizo Central), una asociación que aglutina a 400 productores de los concellos del Macizo Central. Soltó esta exclamación instantes después de finalizar la reunión que mantuvo con el subdelegado del Gobierno en la provincia, Emilio González Afonso. El representante de los ganaderos se mostró satisfecho de la reunión. «Foi o alcalde e sabe do que falamos», afirmó.
La reunión había sido convocada para solicitar una «mayor sensibilidade» de los agentes de la Guardia Civil y, en particular, del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) a la hora de sancionar a los productores. «A aplicación estrita da Lei pon en dificultades ao rural», comentó Pedro Rodríguez. Añadió que «a Guardia Civil, coa aceptación que ten, debería dedicar máis esforzo ao control dos transportes de animais, aos roubos ou a protexer á xente. Pedimos un pouco de flexibilidade».
La multa impuesta a un ganadero de A Veiga por tener un perro suelto, pastoreando el ganado en las estribaciones de Trevinca, fue la gota que colmó el vaso: «Estamos falando de gando en extensivo. Non vai estar o gandeiro acompañando ás reses todo o tempo».
Las quejas no solo fueron dirigidas contra los agentes de la Guardia Civil, en base a un cumplimiento escrupuloso de la ley, también aquellos que llegan al rural para dedicarse a denunciar son objeto de crítica. «Hai xente que se establece no rural á que lle molesta todo o que sexa explotación. Non queremos que a Guardia Civil sexa utilizada para impedir o desenvolvemento da actividade gandeira». Este fue el caso de la apicultora que dio pie a la multa de 6.000 euros por arrojar purines. «Canto purín se pode considerar demasiado?», se preguntó Pedro Rodríguez.
Malestar por la red natura
Las medidas de protección que acompañan a la inclusión del Macizo Central dentro de Red Natura 2000 y su consideración como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) tampoco ayudan al sector productivo, y no solo en esta zona montañosa, pues también en el Xurés deben afrontar las restricciones que conlleva.
El alcalde de Manzaneda, Amable Fernández Basalo, no entiende la prohibición de pastorear en zonas que ardieron, en los tres años siguientes a un incendio forestal. «Os gandeiros quéixanse e con razón», dijo. A su vez, el presidente de Agromacen, Pedro Rodríguez, defendió la realización de quemas controladas, una petición que planteará a la Consellería do Medio Rural. En todo caso, el titular de este organismo, José González Vázquez, ya anunció que este departamento trabaja en esa misma dirección y prevé dar autorizaciones para realizar las citadas quemas.
Las dificultades para pastorear en terrenos que ardieron no es la única que afrontan los ganaderos del Macizo Central. Son varias las limitaciones que soportan a raíz de la aprobación de medidas de protección. Esta circunstancia lleva a los productores a solicitar una compensación económica para sufragar las pérdidas que soportan.
Fuente. laregion.es