Una jauría de perros
«peligrosos» movilizó ayer
a la Policía Local y la Sociedad de
Cazadores de Llíria. La manada
había atacado a «personas y
animales» y destrozado cosechas. Los
agentes lograron capturar 15 canes.
Al parecer, llevaban meses tratando de
dar con una jauría de perros peligrosos
tras recibir varias denuncias de vecinos que
aseguraban haber sido «atacados por un
grupo de entre diez y doce canes» en
las inmediaciones de las partidas de Pla del
Morro, Casa Carlos y Caisons.
Según fuentes del consistorio, los
vecinos «pudieron afortunadamente
refugiarse en sus coches y huir». La
Sociedad de Cazadores apresó a ocho
cachorros y un perro adulto salvajes, tras
obtener la autorización de la
Conselleria de Territorio y Medio Ambiente
para su captura. La Policía Local
logró dar con otros seis perros
«que habían atacado a una
vecina en su chalé, situado en la
partida de Franchina», según
recalcaron ayer fuentes municipales.
Esta manada de perros violentos
«ha matado a varios jabalíes y a
ocho ovejas de un ganadero».
También arrasó con la cosecha
de varios agricultores. El alcalde, Manuel
Izquierdo, destacó ayer que la
actuación ha servido para
«garantizar la seguridad tanto de
nuestros vecinos como de los canes», ya
que «en ningún caso se ha
matado o disparado a ninguno de estos
animales. La perrera Ribamontes, a cargo del
servicio de de recogida de animales en la
población, se ha hecho cargo de estos
ejemplares a quienes «se les ha
desparasitado, dado tratamiento veterinario y
alimentación».
Sin embargo, la Federación de
Protectoras de la Comunidad Valenciana
(Fedenva) se mostró ayer muy
crítica con la
«modificación del artículo
13 de la Ley de Caza 13/2004 que permite
realizar batidas de animales
domésticos, supuestamente
asilvestrados, e incluso darles muerte».
La entidad lamentó ayer que «la
Generalitat conceda licencias que pueden abrir
la veda a cacerías», pues se
deja «a criterio de los cazadores
qué perros son asilvestrados o
no», valoración que,
según recalca Fedenva, «se debe
realizar por agentes medioambientales y eso
no está ocurriendo».
El colectivo considera que este cambio
puede resultar, además, «un
incentivo para el abandono de perros».
Muchos de estos animales considerados
asilvestrados «son después
recogidos por protectoras y, tras mucho tiempo
y esfuerzo, se les puede dar una segunda
oportunidad y buscarles una familia
digna».
Por su parte, fuentes de Ribamontes, la
firma que se ha hecho cargo del cuidado y
manutención de los animales
capturados, explicaban ayer que los perros han
llegado a las instalaciones «muy
asustados y a la defensiva porque no los han
tocado nunca. Necesitarán un periodo
de adaptación y educación muy
costoso en el tiempo».