Integrantes del colectivo Lobo
Marley, defensores el lobo vivo y con el
naturalista Luis Miguel Domínguez a la
cabeza, determinaron el pasado domingo
derribar varias casetas instaladas en diferentes
puntos de la Reserva Regional de Caza de la
Sierra de La Culebra o inmediaciones.
Destruyen así amagos que
consideran que son utilizados por los cazadores
para abatir a los cánidos, previamente
cebados en la inmediaciones para atraerlos
hasta estos puntos y ponerlos a tiro de los
rifles.
Es una actuación que llevaron a
cabo durante la mañana del día
de los Santos Inocentes, empleando para la
ocasión motosierras y otros elementos
como sogas para echar por tierra estas
atalayas de madera. Además, y para
mayor transparencia y difusión
pública de su acción, filmaron
un vídeo donde muestran en su propia
página con todo detalle la
operación y la justificación del
desmantelamiento. Luis Miguel
Domínguez llama a estos artificiales
refugios «casetas de la muerte».
El naturalista precisó ayer que dos
de las casetas destruidas pertenecen al coto de
caza de Moldones, lindantes al espacio
protegido de caza de La Culebra, y la tercera
se halla dentro de la propia Reserva Regional.
Pone de manifiesto Domínguez que «no
hay tiempo que perder». Subraya,
además, que «estos dispositivos
contravienen a la propia Ley de Caza de la
Junta de Castilla y León que dice
claramente que no se pueden utilizar
atrayentes, ni cebos, ni carroñas ni
construir como aguardos chabolas o casetas».
El presidente de Lobo Marley añade que
«la caza desde estos parapetos es una
práctica muy extendida y
fácilmente superan el centenar».
Reafirma que estas formas» es la única
manera de matar a los lobos y nuestra
intención es evitar las muertes».
La operación derribo
comenzó a las seis de la
mañana. «Somos gente de campo y nos
movemos bien de noche por los caminos» dijo
Domínguez, que reiteró que
«con esta acción no intenta hacer
daño a nadie, pues no buscamos la
confrontación personal y sí
llamar la atención de que Castilla y
León pierde uno de sus grandes
valores». Subrayó que este hecho se
enmarca bajo la concepción de que
«consideramos que tiene gran potencial el lobo
vivo, el ecoturismo, y más pronto que
tarde estas acciones y otras cambiarán
el rumbo y permitirán que la Culebra
sea una santuario de lobos y no una reserva
para cazarlos».
Hace referencia a un proyecto
«único en el mundo», consistente en
reflejar el desarrollo rural a través de
aquellos dos lobos indultados en la subasta de
caza. Asegura que «seguiremos en evitar la
muerte de estos lobos y la actuación
de Lobo Marley es continuar». Señala
Domínguez que en la subasta de caza
celebrada en Villardeciervos «compramos los
derechos de caza de dos ejemplares, con el
apoyo de la sociedad. La gente puso dinero,
pagamos 10.000 euros por los dos lobos y lo
que queríamos y propusimos es
capturar en vivo a los dos ejemplares,
colocarles una microcámara y que esos
lobos pudieran romper mitos y leyendas y
contar su vida a millones de personas».
«Esta operación es una
actuación a favor del mundo rural y de
la población de la sierra de La Culebra.
No estamos en contra de los ganaderos ni de
la gente del campo, y lo que pretendemos y
queremos es que se ponga en valor el lobo
ibérico vivo como señal de
identidad, que será infinitamente
más beneficioso que el lobo matado
por los cazadores» recalcó el
naturalista.