Las carreteras de la provincia
siguen acumulando accidentes provocados por
la fauna silvestre. Durante la tarde y la noche
del domingo se registraron al menos cinco
sucesos ocasionados por jabalíes
cruzando las vías aunque,
según fuentes de la Guardia Civil de
Tráfico de Zamora, ninguno de ellos se
saldó con heridos de
consideración.
La novedad está en que este tipo
de accidentes ya no solo se registran en
vías secundarias, o en carreteras
nacionales que pasan cerca de los cotos, sino
que dos de ellos tuvieron lugar en la
autovía A-11, entre Toro y Zamora,
ambos provocados por atropellos a
jabalíes. Uno afectó a una
furgoneta, como se puede ver en la foto, y en
el otro se vieron implicados más de un
vehículo, según diferentes
fuentes.
En la Nacional 122, Cerezal de Aliste
también registró accidentes con
jabalíes. Las carreteras de Sanabria y
La Carballeda habitualmente son las
más peligrosas cuando se trata de la
fauna, un vecino de la zona que el domingo se
cruzaba con una piara se quejaba ayer a este
diario de que «estas situaciones son cada vez
más frecuentes, nos estamos
convirtiendo en una reserva para los bichos y
los que cazan, y encima si atropellas uno te
toca pagar».
El inicio de la temporada de caza puede
ser una de las causas de la
proliferación de accidentes provocados
por animales silvestres a lo largo de las
últimas semanas. Durante el puente de
Todos los Santos se organizaron diferentes
monterías de jabalíes, y
muchos cazadores aprovecharon los
días festivos para cazar de ojeo. Los
animales, al oír los tiros u oler los
perros salen de sus escondites en busca de
lugares más seguros, cruzando en su
huida carreteras y según parece,
también autovías. Una de las
monterías se celebró el
domingo cerca de Coreses.
Otro factor podría ser que,
concluida la cosecha, los maizales y los
campos de girasoles ya no sirven de refugio
para los jabalíes, que quedan
así más expuestos a los
cazadores y son más susceptibles de
huir desconcertados.
La modificación de la Ley de
Seguridad Vial hace un año ha generado
un gran malestar entre los vecinos del medio
rural, especialmente entre conductores
habituales por zonas de cotos de caza como
Aliste, Tábara, La Carballeda o la
Tierra del Vino. Hasta abril de 2014, los
daños a los vehículos producidos
en atropellos a la fauna los pagaba el
propietario del coto en el que aparecía
el animal, tras la modificación el
único responsable es el conductor, con
el consiguiente encarecimiento de las
pólizas de los seguros.