Casi la totalidad de los 101
asistentes a la asamblea de la Sociedade de
Caza de Lalín rechazó que el
pago de la cuota anual (130 euros) se
efectuase antes del 30 de junio, tal y como
propuso la directiva con el argumento de que
este dinero es necesario para efectuar las
repoblaciones.
Fue uno de los puntos del orden del
día que generó mayor debate,
ya que varios socios cuestionaron
también el reparto territorial de las
repoblaciones y el franco descenso de conejo y
perdiz durante la temporada pasada, un
recorte que, por otra parte, es común a
todo el territorio gallego debido a la
vírica hemorrágica. De nada
sirvió que la directiva insistiese en que,
al sembrar antes los animales (entre junio y
agosto) éstos se adaptan mejor al
medio. La anterior directiva, con Luis Nistal a
la cabeza, recordó que durante su
mandato solo se adelantaba el cobro al mes de
agosto a los cazadores foráneos de
jabalí, cuando empezaba su
caza.
Precisamente, estas cuotas
generarán unos ingresos de 62.185
euros, a los que hay que sumar otros 17.600
por las tarjetas de caza de jabalí y
1.800 de los socios de pesca. La sociedad
cinegética contará, en total,
con 118.740 euros de ingresos, en los que
figuran además otras cuantías
derivadas de los recibos de cotos de pesca
(650 euros), las zonas de caza permanente
(2.000), las invitaciones a caza mayor y
menor (1.200) y los seguros de la
Federación (518). El presidente,
José Luis Gil, avanzó que se
cuenta además con una ayuda de la
Xunta, de 3.000 euros, ya concedida pero
aún sin ingresar, y que cubrirá
las tareas de vigilancia del río. Se
solicitó otra por importe de 7.900, para
desbroces. La directiva animó ayer a
todos los socios a comunicarles en qué
zonas es necesario adecuar el monte para la
supervivencia de caza menor. Los trabajos
comenzarán ya en la presente semana.
Desde julio hasta marzo de este año, la
entidad gastó 360 euros en desbroces,
y para la presente temporada calcula que se
invertirán 10.000 euros tanto en retirar
maleza como en sembrar caza menor. En el
apartado de gastos, se contemplan
además 22.000 euros en comprar
conejos, 12.000 en perdices, 5.000 en la
construcción de toberas y 6.000 en la
de parques. Las nóminas de los dos
empleados suponen un desembolso de 23.970
euros, a los que se añaden otros 2.500
de las tasas de la Xunta y la
Federación; y 9.500 del seguro. Los
gastos corrientes (oficina, combustible,
ferretería o agua) se elevan a 12.500.
Para piensos y medicamentos se reservan
4.000 euros, y otros 10.000 para imprevistos
que ayuden a, por ejemplo, cubrir sentencias
por daños de fauna en cultivos o en
accidentes de tráfico.
Los fallos judiciales abrieron, una vez
más, la profunda brecha que existe
entre la anterior directiva y la actual, que
recuerda que tuvo que abonar 19.420 euros por
daños en accidentes que no
cubrió la aseguradora, Mapfre, ya que
la junta de Nistal «no facilitó los partes
en tiempo y forma», recuerda la actual
cúpula. Ese pago evitó que se
embargasen las cuentas de la sociedad. Nistal
insistió en que en varias ocasiones se
ofreció a Gil para acudir a la
aseguradora y recuperar ese dinero. Durante
su intervención, el expresidente
recordó que ya con el anterior
dirigente, Salvador González, «no
había ni seguro y tuve que hacer frente
a pagos de 60.000 euros». En los
últimos meses, se abonaron 600 euros
al dueño de un pinar y una finca de
maíz por daños de jabalí.