Tras la nevada, la dura realidad
se impone. No eran alarmistas las previsiones
sobre una alta mortandad de animales salvajes
tras el fuerte temporal que azotó
durante más de una semana la
provincia de León. Los ejemplares
muertos ya se cuentan por cientos.
Los celadores medioambientales de
Reserva Regional de Caza de Riaño han
recogido en estas últimas semanas
más de 400 ejemplares de ciervos y
corzos y la situación no parece
más que haber empezado con la
estimación de que podrían
superar el millar de bajas.
Felipe Campo, celador en Picos de Europa,
asegura que las últimas nevadas
taparon los cuerpos de muchos ejemplares que
no resistieron la primera nevada, «de
ahí que cuando la nieve remita
aparecerán numerosos animales que
elevarán a cotas altísimas la
mortandad».
Sin embargo, la situación no es
alarmista. Al menos así lo entiende
Felipe que, tras casi 30 años como
celador, recuerda una nevada a principios de
los años 80 que dejó tras de
sí una elevada cifras de bajas.
«Es el ciclo de la naturaleza. Aunque
tardarán años, la especie se
recuperará».
Turnos de 24 horas
La situación ha intensificado las
labores de los celadores de la Reserva de
Riaño, que se están viendo
desbordados. Son numerosas las llamadas de
los vecinos de las localidades del Parque
Regional de Picos de Europa para la retirada de
los cadáveres que aparecen
próximos a las viviendas.
A ellos se suman los ejemplares que
aparecen cerca de las carreteras que ha
obligado a estos trabajadores a adentrar en el
monte los cuerpos. «Nos vemos
obligados a retirar estos cuerpos y apartarlos
de las zonas próximas a las
poblaciones. Intentamos llevarles a zonas que
son pasos de osos o que sean accesibles a los
buitres», asegura Felipe.
A ello se suma la realización de
una ficha y, en caso de que sea macho, a
hacerse cargo del trofeo (la cabeza). Una
práctica habitual que ha desatado las
alarmas ante algunas imágenes
difundidas.
Trofeos muy jugosos
Sin embargo, y pese a los esfuerzos de los
celadores que en colaboración con
agentes del Seprona de la Guardia Civil
están intensificando las tareas de
vigilancia en turnos de 24 horas, la Reserva
Regional de Caza de Riaño estima que
los cazadores furtivos están cogiendo el
10% de las cornamentas.
Trofeos muy jugosos que, según
recuerda Felipe, en el mercado negro pueden
venderse por 2.000 euros. «Desde el
primer día hemos incrementado
nuestros servicios para intentar evitar a los
furtivos, lo que está permitiendo que
consigamos el 90% de los trofeos. Sin
embargo, nos hemos encontrado algunos
animales sin las cornamentas, o incluso con
cuchilladas en el lomo», lamenta Felipe
recuerda que son muchos los animales los que
se acercan a las poblaciones «y facilitan
así las tareas de estos
cazadores».
Situaciones casi imposibles de controlar al
100% ante la extrema situación que
vive la fauna salvaje de Picos de Europa. Una
realidad dura para animales como el corzo, el
ciervo y, en menor medida el rebeco, pero
que, paradojas del juego de la naturaleza,
beneficia a animales como el zorro, el buitre,
el lobo o el oso.