Los cazadores vascos dispondrán por fin de una junta de homologación de trofeos de caza radicada en Euskadi (para ciervos, corzos y jabalíes) cuya misión será determinar qué ejemplares merecen la medalla de oro, plata o bronce. Hasta ahora ya existían otros órganos similares en España; por un lado, el de la Federación Española de Caza, vinculado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama); y por otro, los creados por otras comunidades autónomas en las que la actividad cinegética es relevante (en esos casos para un número mayor de especies).
Sin embargo, el País Vasco creará ahora el suyo a fin de cumplir el mandato de Ley de Caza aprobada por el Parlamento de Vitoria en 2011.
El primer paso para constituir jurídicamente la junta de homologación vasca se dio el pasado 25 de marzo, pero será previsiblemente en 2015 cuando esté en condiciones de atender las demandas de los aficionados.
Según informa el presidente del nuevo organismo, Iker Ortiz de Lejarazu, a la sazón presidente de la Federación de Caza de Álava, la directiva contará con un vocal de la federación vasca y otro por cada una de las tres territoriales (Álava, Bizkaia y Gipuzkoa).
La junta vasca de homologación de trofeos estará lista el año que viene Para dar las medallas Euskadi se regirá por un sistema similar al de la federación española
Igualmente habrá un miembro de la Asociación para la Defensa del Cazador y Pescador (Adecap), mientras que el Gobierno vasco elegirá un secretario con voz, pero sin voto, para levantar actas. «La homologación no es algo obligatorio», aclara Ortiz de Lejarazu. «Como no teníamos una junta en Euskadi, cada cazador actuaba por su cuenta. Conozco una caso de una pieza que fue cazada en Baleares y homologada en Extremadura».
Baremos europeos
El responsable de la federación alavesa explicó que, para conceder las medallas, Euskadi se regirá por sistemas de valoración similares a los que aplican la federación española -a través de su Junta Nacional de Trofeos de Caza- y otras comunidades autónomas (Andalucía, Extremadura, entre otras). Todas ellas se inspiran a su vez en baremos europeos que establecen unas puntuaciones determinadas para el oro, la plata y el bronce.
Tales valores se obtienen sumando los puntos correspondientes a los rasgos de la pieza abatida presentada. En el caso del ciervo y del corzo, las mediciones se detienen esencialmente en la cuerna y el cráneo. Cuando se evalúa un jabalí, la atención se dirige a los colmillos, y también a la planta del animal. En Euskadi la homologación se centrará en esas tres especies porque son las que se cazan en la comunidad autónoma (los ciervos principalmente en el parque natural del Gorbea y los corzos y jabalíes en los tres territorios históricos).
De momento, los miembros de la junta de homologación vasca están elaborando actualmente los reglamentos para las evaluaciones, que se inspirarán en los criterios de la federación española de caza. Esta última subraya que una de sus principales tareas es ajustarse «en lo posible» a las normas del Consejo Internacional de Caza y Conservación de la Fauna.
Sus verificadores anotan los datos del cazador que ha obtenido el trofeo; el coto y la fecha donde fue abatido y las medidas del ejemplar. Todo consta en un listado y cada cinco años se publica un catálogo de ámbito estatal. Actualmente existe una base de datos de 70.000 registros que reúnen las convalidaciones de la junta estatal y las realizadas en las autonomías.
Oro, plata y bronce
El ‘precio’ puesto a las medallas es diferente dependiendo de la especie. En el jabalí, el oro vale un mínimo de 110 puntos; en el corzo, un mínimo de 120; y en el ciervo, de 180. La plata y el bronce van bajando el escalón (ver gráfico). «Las medallas tienen un significado social (el orgullo de los aficionados que las consiguen), pero también son una herramienta para la ordenación de las zonas cinegéticas», explica Iker Ortiz de Lejarazu. «Ofrecen datos de interés sobre las características de las poblaciones y son útiles para la gestión de las especies».
Todavía está por decidir cómo se organizará la junta de homologación en Euskadi. Por ejemplo, quiénes se encargarán de las mediciones de los ejemplares y en qué locales lo harán, un interrogante difícil de responder debido a las estrecheces presupuestarias del Gobierno Vasco, que no le permiten facilitar muchos recursos. Por regla general, de la homologación se están ocupando los taxidermistas, que actúan siguiendo unas reglas: el cazador no puede estar presente en el examen del animal; no se aceptan los trofeos ‘anormales’ ni los que no tengan acreditada su procedencia; tampoco se examinan los que han podido ser modificados artificialmente.
Mediciones
La Federación Española de Caza precisa incluso cómo han de efectuarse las mediciones: con cinta métrica metálica y en centímetros, «con apreciación de milímetros». «Las partes rotas se medirán hasta el lugar del la fractura; no se consideran factor de irregularidad y no constituyen motivo de penalización», aclara la normativa.
Euskadi se encuentra precisamente en la fase de elaborar esas reglas. A pesar de la escasez de medios, los cazadores esperan tener todo listo para la próxima temporada a fin de aspirar a las medallas también en la comunidad autónoma. Oro, plata y bronce esperan a las mejores piezas abatidas.