Los jabalíes llevan
años campando a sus anchas por las
carreteras castrillonenses, pero ahora
también abundan los corzos. Era
difícil ver a estos animales en las
zonas urbanas, pero en Castrillón se
pasean y pastan tranquilamente en los prados
de La Vegona a apenas 10 metros de la
carretera que comunica Piedras Blancas y
Salinas, una de las que más afluencia
de tráfico registra.
Mientras los jabalíes sólo
salen cuando desaparece la luz solar, los
corzos disfrutan de los pastos a todas las horas
del día.
«Los accidentes de tráfico que
pueden causar los corzos son incluso
más peligrosos que los de los
jabalíes. En la Vegona, donde hay
varios ejemplares, no hay ninguna señal
de tráfico que avise a los
automovilistas de la presencia de animales»,
señaló un vecino. «El
Ayuntamiento debería de tomar
medidas preventivas ante la
proliferación de animales salvajes en
las zonas urbanas. Debería instalar
señales de tráfico informativas
de paso de animales en libertad y sobre todo
incrementar el alumbrado público»,
reclamó un conductor.
El problema, según sostienen
amplios grupos de vecinos, se debe a que
Castrillón es un coto de caza y que, la
zona de seguridad se amplió hace
apenas un año. «Los animales son
listos, bajan a las zonas de seguridad del coto
de caza en el que han convertido el concejo
hace más de una década, unas
zonas vedadas a los cazadores pues son
áreas urbanas y en las que pueden
estar seguros», afirman los vecinos.
El Principado redujo la pasada primavera
el coto regional de caza número 93 que
incluye los concejos de Castrillón,
Corvera, Soto del Barco, Illas, Candamo y
parte de Pravia al ampliar la zona de seguridad
casi un 38 por ciento, pasando de 869
hectáreas a 1.406 hectáreas. El
coto regional de caza de Castrillón se
constituyó en 2003 tras una solicitud de
la Sociedad de Cazadores Sierra de Pulide, hoy
denominada asociación
cinegética Sierra de Pulide-
Nalón, que cuenta con casi 400 socios.