Los cotos privados de caza huyen de las carreteras, en especial de los viales más transitados, por tratarse de aquellos en los que más siniestros de tráfico se producen con implicación de los animales con aprovechamiento cinegético. Así lo han reconocido el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta y la Delegación Leonesa de Caza.
Si bien desde la Administración autonómica no se facilitaron datos de los cotos que deslindan sus terrenos cercanos a las carreteras, dado el elevado número de éstos que existen en la provincia, el delegado de Caza, Miguel Fierro, señaló que en los últimos años «hasta siete u ocho» aprovechamientos cinegéticos han optado por retirarse de las carreteras con la finalidad de evitar la responsabilidad civil que, según la legislación vigente, les lleva a pagar los daños que causa la fauna cinegética.
Y es que los cotos no comulgan con ser los que siempre hacen frente a los daños que causan jabalíes, corzos y otras especies, y han visto cómo cambios de legislación que se previeron más favorables a sus intereses han mantenido la situación tal y como se encontraba.
Según datos de la Junta de Castilla y León, en el 2010 existían en León 965 cotos de caza, que ocupan una superficie de 1.237.626,445 hectáreas. Es decir, más del 78% de la provincia son cotos, a los que se añaden tres reservas regionales de caza (con 146.737 hectáreas) y una zona de caza controlada de 6.122 hectáreas. En la última temporada de caza finalizada (2010/2011) se abatieron en su territorio 2.850 jabalíes (número que le erige en la cuarta provincia de la comunidad en capturas), 937 corzos, 311 venados y 253 rebecos como especies más sobresalientes en lo que a caza mayor se refiere, guarismos que distan de los obtenidos en provincias con mayor riqueza en estas especies (en Soria se abatieron 5.491 venados y 3.960 corzos y en Burgos las capturas alcanzaron los 520 y 2.789 de uno y otro animal), pero que no la sitúan precisamente en los puestos de cola.
«A 200 metros». Ante esta situación, los gestores de los aprovechamientos privados han decidido deslindar de éstos, «para quedar sus límites a 200 metros de la carretera», según explica Pedro Vizcay, colaborador de este periódico en temas de caza y pesca, de manera que los animales que cruzan la calzada ya no procederían de su territorio, lo que, estiman, les puede librar de asumir la responsabilidad de aquellos accidentes que no son consecuencia directa de la acción de cazar.
El deslinde de terrenos se solicita cuando se procede a la renovación del plan cinegético del coto, según lo estipulado en la normativa de la actividad.
Por su parte, el delegado de Caza, Miguel Fierro, calificó el problema de los accidentes de tráfico producidos por las especies cinegéticas como «uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan los cazadores» al encarecer el coste de los seguros, que encarecen la actividad y añadió que España «es el único país de Europa en el que son los cotos los asumen las consecuencias del atropello de los animales».
Fierro subrayó la ineficacia que, en su opinión, han demostrado las medidas para disuadir a los animales de alcanzar las carreteras, como los clareos de montes y el uso de repelentes, entre otros sistemas.