Diez años después de la «fiebre de las «vacas locas»», España vuelve a permitir que los animales que mueran en el monte y que hayan pasado los registros sanitarios correspondientes sean alimento para las especies carroñeras.
Así, los ganaderos asturianos ya no tendrán la obligación de pagar la retirada de los animales muertos, algo que hasta ahora hacían a través de un seguro específico que les cubría estos desplazamientos en el caso de la muerte de reses en las explotaciones al aire libre. Los ganaderos, ecologistas y cazadores asturianos aseguran que esta medida reducirá los ataques de especies como el lobo y el oso a la cabaña ganadera, ya que al quitarles las carroñas habían incrementado sus ataques a los bovinos, ovinos y caprinos. En el año 2002, meses después de desatarse el problema de las «vacas locas», se aprobó una normativa europea que obligaba a recoger todos los cadáveres de ganado que fallecían en los montes o en zonas tradicionales de alimentación de especies carroñeras.
El Consejo de Ministros aprobó este viernes un real decreto que regula la alimentación de determinadas especies de fauna silvestre con animales muertos. La obligación de retirar las carroñas de los montes provocó también que muchos animales carroñeros modificasen sus costumbres hasta convertirse en verdaderos predadores. Ahora, con el levantamiento de este veto, los osos, urogallos, buitres y quebrantahuesos, todos ellos animales protegidos en el Principado, se verán favorecidos ya que lograrán encontrar alimento de forma más sencilla en el monte.
Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista Asturiana, asegura que «el real decreto es algo que llevamos reclamando mucho tiempo y que favorecerá a los animales carroñeros, que estaban teniendo serias dificultades para alimentarse; además ahora la medida ya no tenía ningún sentido».
Geli González, secretaria general de la organización agraria ASAJA en Asturias, también se muestra conforme con la medida, que «claramente beneficia a los que viven del campo y que esperemos que reduzca los ataques de lobos que las cabañas ganaderas están sufriendo y que les acarrean pérdidas importantes». Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de las Especies Animales Salvajes (FAPAS), también se muestra satisfecho por la nueva medida, que ahora cada comunidad autónoma deberá aplicar a través de una normativa específica. De hecho, el FAPAS y la organización alemana Eronatur presentaron en el año 2009 una propuesta ante el Parlamento europeo para la recuperación de la práctica ganadera tradicional de poder abandonar los animales muertos en el monte. «Es una buena noticia, algo que llevábamos reclamando mucho tiempo y que favorecerá tanto a las especies salvajes como a los ganaderos asturianos, sin duda», asegura Hartasánchez.
José Manuel Rancaño, portavoz de la Asociación de Empresas Cinegéticas del Principado de Asturias (Asocipas) también defiende el nuevo reglamento. «Aunque no creo que a los cazadores nos influya demasiado, me parece una buena propuesta, ya que suponemos que los lobos, los osos y los jabalíes ya no tendrán que atacar a los animales vivos para alimentarse, algo que estaba ocurriendo desde hace años». Mercedes Cruzado, secretaria general del sindicato COAG en Asturias, también se sumó al resto de colectivos y considera que ésta es «una muy buena noticia. Los ganaderos se ahorrarán el pago del seguro y se reducirán los ataques a la cabaña ganadera, que venía sufriendo mucho sobre todo por los ataques de los lobos. Es un importante paso adelante», concreta.
Algunos ecologistas habían calificado esta normativa que ahora se levanta como un drama ecológico, ya que dejaba sin alimento a los carroñeros y suponía un gasto para los ganaderos, más cuando los animales fallecían en zonas de difícil acceso.
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