Es misterioso cómo con
tanto frío podían cantar los
jilgueros en la mañana del pasado
sábado. La sensación al abrir la
boca era la de haberte metido una bolsa
entera de Pictolines.
Pues los animalillos, ahí, en la
explanada cercana al instituto
Mediterráneo de Garrucha, en un
concurso de cante, ¡anda que! Y en
mitad del campo cercano a la Palmera,
sentado ante una mesa frente a tres jaulas
colgadas, y sus correspondientes jilgueros en
cada una de ellas, a unos diez metros de
distancia, José Palma Navarro,
árbitro de la Federación
Andaluza de Caza y Juez de jilguero de
primera, amén de presidente del Club
Deportivo de Silvestrismo ‘Piolín’ de
Huércal-Overa.
José, hágame la caridad,
¿usted percibe de verdad la diferencia
en el cante de uno y otro? «Pues, sí, la
verdad es que sí; es fundamental el
buen oído, la formación y la
práctica». Otra cosa, José,
¿porque los ponen de tres en tres? «El
reglamento refleja que se debe juzgar
así, que los pájaros puros, los
jilgueros, han de juzgarse de tres en tres y de
dos en dos los pájaros mixtos».
¿Mucho frío, no? «Mucho, pero a
ver, el certamen hay que hacerlo». Al fondo, al
calorcillo del sol mañanero, los 31
participantes en el concurso organizado por la
Sociedad de Silvestrismo Fuente Álamo
de Garrucha intentan atemperar la
refrigeración natural.
«Cada uno de los participantes», relata
Francisco Moreno Fernández, presidente
de la Sociedad, «presenta tres o cuatro
pajarillos a concurso». Es un concurso de
jilguero y pardillo de cante en la
categoría D.1 que la Federación
Andaluza de Caza exige para obtener las
licencias de cara al verano, y si no es
así que los aficionados al Silvestrismo
tengan piedad, porque en esto, como en los
toros y las cofradías, cada cosa por su
nombre. Las características que se
tienen en cuenta a la hora de otorgar los
premios son los adornos en el canto, los
remates, los cantos básicos y los
distintos enlaces entre esos cantos,
penalizándose las rajás y las
notas discordantes.
Contaba Francisco Moreno que el
Silvestrismo es una modalidad deportiva
consistente en la educación del canto
de pardillos, jilgueros y verderones, en
función de unos cánones
preestablecidos, con el objeto de participar en
pruebas deportivas de carácter oficial,
en las que se evalúa la calidad del
cante del pájaro. Añadía
el presidente de la Sociedad de Silvestrismo
Fuente Álamo de Garrucha que en
Almería puede haber aproximadamente
10.000 aficionados al Silvestrismo.