El lobo mató en Galicia
1.466 reses durante el 2014, que en ese
sentido no ha sido un buen año para los
ganaderos gallegos, especialmente para los
que apuestan por criar ovejas, que se revelan
una vez más como el manjar
más apreciado por el Canis lupus
cuando baja a alimentarse a aldeas y granjas.
La cifra supone un 19,4 % de mortalidad
más que en el 2013, cuando se
registraron 1.227 pérdidas. Pero hay
que tener en cuenta que estos datos
corresponden a los 618 avisos que hubo en
Galicia en el 2014, que no engloban todos los
ataques. Cuando las pérdidas son
escasas, algunos ganaderos no las denuncian
porque es mayor el gasto de ir a tramitarlas
que la indemnización recibida, como ha
puesto de relieve en repetidas ocasiones la
Asociación de Criadores de Ovino e
Caprino de Galicia (Ovica).
No está muy clara la razón
del incremento de los ataques durante el
año pasado, pero expertos consultados
por La Voz de Galicia creen que el
número de lobos ha podido aumentar
en la comunidad. El dato que se maneja hoy
(unos seiscientos ejemplares) es poco preciso,
pues el censo data del 2003 y desde entonces
pueden haber variado mucho las manadas. Del
nuevo censo, previsto para este 2015, no hay
noticias de momento. Otras fuentes apuntan a
una mejor gestión de las
denuncias.
Por provincias, Lugo es la que ha perdido
más reses, con un total de 615. Le
siguen Ourense, con 351; A Coruña, con
324, y Pontevedra, con 176. Por el tipo de
ganado, el año pasado cayeron en la
comunidad 946 ovejas, 308 vacas, 126 caballos
y 86 cabras.
La Consellería de Medio Ambiente
recalca que el lobo es «unha especie de
interese comunitario», por lo que se
opta por buscar una gestión «que
permita acadar o obxectivo de manter unha
poboación viable dentro dun marco de
coexistencia co mundo rural e compatible coas
actividades agropecuarias, que
contribúa á
conservación da especie». El
lobo cuenta con un plan de gestión
específico en el que solo se permite la
caza «como medida de
control».
Desde el 2009, la Xunta lleva destinados
1,7 millones de euros a paliar los efectos de la
fauna salvaje en concepto de ayudas por
daños, medidas preventivas y pagos
directos por responsabilidad patrimonial. Este
año, Medio Ambiente destinará
106.035 euros a ayudas por ataques de lobos,
a las que se podrán acoger
«propietarios de gando ovino, porcino,
vacún e equino (incluídos o
asno e o mulo)».