El que ayer tuvo lugar en los
montes del Valle del Oza no fue, desde luego,
el único accidente mortal ligado a la
caza que se produce en el Bierzo. Desde el
año 2010 se han registrado cuatro
hechos de iguales características en
diferentes puntos de la comarca.
El último tuvo lugar en septiembre
del año pasado en la vertiente gallega
de la sierra de la Encina de la Lastra, en el
límite con el Bierzo, y el fallecido era
un vecino de Oencia de 55 años de
edad. En su caso, fue un compañero de
batida el que efectuó el disparo de
escopeta que acabó con su vida tras
impactar en un costado. También fue
confundido con un jabalí mientras se
movía entre unos matorrales.
Anterior fue el suceso registrado en
noviembre de 2012. La víctima de este
accidente mortal fue, en aquella
ocasión, un hombre de 66 años
que estaba recogiendo castañas junto a
su esposa en las inmediaciones de la localidad
de Tedejo (Folgoso de la Ribera).
Recibió un tiro en el abdomen
procedente de la escopeta de un cazador del
coto Los Madroños que participaba en
una batida de jabalí. El hombre
falleció en la ambulancia, camino del
hospital.
En diciembre de 2010 se produjo el tercer
suceso más cercano en el tiempo. Un
cazador de 47 años falleció tras
recibir un disparo en el pecho. Los hechos se
produjeron en una zona de monte cercana al
mirador de Friera (Sobrado). Fue una persona
que estaba recogiendo setas la que
encontró su cuerpo horas
después de recibir el disparo. El autor
acabó entregándose a la
Guardia Civil.
Una vez más, la caza se ha
cobrado una vida en el Bierzo. En esta
ocasión, en los montes
próximos al pueblo de Valdefrancos, en
un paraje ubicado entre esta pedanía
ponferradina del Valle del Oza y San Esteban
de Valdueza, de donde además era
originario el fallecido. Los hechos se
produjeron en torno a las 10.15 horas de la
mañana, según informaron
fuentes de la Subdelegación del
Gobierno en León. El fallecido,
Ángel C., de 69 años de edad,
había acudido al monte solo, a cazar
perdices, y la mala suerte quiso que en la
misma zona por la que él se
movía estuviera también un
grupo de cazadores que participaba en una
batida de jabalíes.
Uno de los integrantes de la cuadrilla de
caza mayor confundió a la
víctima con un jabalí y
disparó la escopeta. El cartucho
impactó directamente en la cabeza del
fallecido, que murió en el acto. Al
comprobar lo que había hecho, el autor
del disparo —un experto cazador de 68
años de edad— sufrió un
ataque de ansiedad por el que tuvo que ser
trasladado al Hospital del Bierzo. Por este
motivo, tampoco pudo prestar
declaración a la Policía Nacional
o a la Guardia Civil, que se desplazaron hasta
el lugar tras recibir el aviso del Servicio de
Emergencias Sanitarias 112. Por tanto, hay un
atestado policial que se está
investigación a la espera de escuchar la
versión del autor de los hechos, que
previsiblemente y a tenor de lo ocurrido en
casos similares producidos con anterioridad,
pasará a disposición judicial en
las próximas horas.
Veinte minutos separaron el disparo de la
llamada de socorro realizada al 112, ya que
ésta entró a las 10.35 horas.
No fue realizada desde el lugar de los hechos,
sino ya desde el pueblo de San Esteban,
según confirmaron fuentes del servicio
de emergencias. En la misma, uno de los
cazadores daba cuenta de los sucedido y
pedía también ayuda
médica para atender al hombre que
disparó, dado que se encontraba en un
estado de shock alarmante. Hasta el lugar se
desplazó el médico del centro
de salud de San Esteban, que en el momento
de los hechos estaba pasando consulta en
dicha localidad y también una
ambulancia de soporte vital básico.
Nada pudieron hacer por la víctima.
También se activó el Centro
Coordinador de Emergencias de la Agencia de
Protección Civil, ya que la zona en la
que se produjo el accidente de caza estaba en
pleno monte.
La consternación se
apoderó ayer de los vecinos de la zona
tras conocer los trágicos hechos.
Muchos se enteraron por los testimonios de los
propios cazadores a su llegada al pueblo, otros
por los medios de comunicación y
algunos en el centro de salud, dado que el
médico se vio obligado a suspender
parte de las consultas. El fallecido, si bien era
natural de San Esteban, residía en
Ponferrada, estaba casado y tenía dos
hijas. Su funeral se celebrará
mañana a partir de las 12.00 horas en
la iglesia Santiago Apóstol del barrio
de Flores del Sil. Después será
incinerado.