Muchos sectores del mundo rural gallego se dieron cita como estaba previsto en Santiago de Compostela este 3 de junio: agricultores, ganaderos, colectivos de caza y pesca, silvicultores, representantes del sector de la madera y la minería.
Todos juntos para luchar en común con la Asociación Española de Rehalas en primera línea. Este es el camino para la defensa de nuestro modo de vida por el futuro y la conservación del medio rural y los hábitats. No hay otro.
Los hombres y mujeres que cuidan a diario el campo gallego lo dijeron el 3 de junio alto y claro: si no les dejan realizar su función tendrán que emigrar a las ciudades, el campo quedará cada vez más despoblado y en vez de generar riqueza nos empezará a costar el dinero a todos.
No queremos tener que pensar a quien interesa esta situación.
Los políticos deben tomar nota de esta realidad cuando hablen de su preocupación por la despoblación. Para tomar decisiones sobre el campo, antes deben oír a ese mundo rural herido e ignorado y los errores se pagan.
Las organizaciones agrarias, ganaderas, forestales, de caza y pesca que han impulsado la movilización, entre ellas Unións Agrarias, el Clúster da Madeira, la Asociación Forestal Galega o la Mesa gallega por la caza, alertan de «la grave situación» en la que se encuentra el agro gallego y se quejan de que no es valorado como se merece. Ante esta situación, los diferentes sectores del medio rural quieren reivindicar su papel como protagonistas para mantener un patrimonio natural en beneficio de toda la sociedad.