«Todos los años ocurre lo mismo. En los últimos días de julio y primeros de agosto se ven muchas codornices en el campo. Este año sí, este año sí, dicen los cazadores. Pero no. Cuando se abre la veda el 15 de agosto, el ave ya se ha ido, quedan muy pocas».
El presidente de la Delegación de Caza de Zamora, José Antonio Prada está cansado de repetir este argumento. Lo hace ante los amantes de la cinegética, también ante los responsables de la Junta y del Consejo Territorial de Caza, pero no sirve para nada. El día de apertura de la temporada de media veda sigue clavado en el calendario, no hay quien lo cambie.
La explicación de que en julio y los primeros días de agosto haya codornices y después desaparezcan debajo de las piedras, la tiene Prada. «Ha cambiado el ciclo biológico del ave. Siempre ha estado ligado a los usos agrarios. Y ahora, como han cambiado, pues también el desarrollo del pájaro».
El delegado provincial de caza explica que hace años la recogida de la cosecha se prolongaba hasta bien entrado el mes de julio. Incluso en el caso del trigo candeal, la recolección no se efectuaba hasta agosto. «Había grano en el campo y también paja. Ahora no, ahora se empieza a cosechar en junio y a primeros de julio no queda nada. La codorniz no encuentra comida ni tampoco lugares donde refugiarse».
Además, cada vez hay menos regadío en Castilla y León. A pesar de que oficialmente las hectáreas regables han aumentado, sobre todo a efectos del pago de la PAC, lo cierto es que el regadío clásico, la remolacha que es el cultivo que más agua necesita, ha caído en picado y ahora se siembra la mitad que hace 35 años.
Los cazadores lo tienen claro. La solución está en adelantar el inicio de la temporada cinegética. Así lo piden todos los años, pero el Consejo Territorial de Caza, controlado por la Consejería de Medio Ambiente, siempre dice lo mismo, no; no hay adelanto de la apertura de la temporada. Prada cree que en esta decisión tiene mucho que ver el criterio de los técnicos, casi todos marcados por una filosofía proteccionista.
La esperanza ahora para los cazadores es que, como ya ha ocurrido en alguna ocasión, el cambio de tiempo, haga moverse a la codorniz y que migre de unas zonas a otras, llegando a Zamora desde los terrenos del norte. «Ocurre a veces que al final de la campaña hay más aves que al inicio. Esa es nuestra única esperanza, pero no obstante, tampoco es lo habitual. La situación está como está y todos los años nos encontramos con la misma cuestión».