Pagan un euro por cada conejo muerto en un pueblo de Toledo
Es la solución que ha buscado La Puebla de Almoradiel por la plaga que sufre desde hace meses
«El mejor conejo es el conejo muerto». Es la máxima que dirige la política municipal de La Puebla de Almoradiel, pueblo de La Mancha toledana de 5.300 habitantes, que desde hace meses sufre los efectos de la plaga de este mamífero. Su voracidad, multiplicada por su capacidad de reproducción, la padecen especialmente los agricultores de la zona. «Han provocado importantes daños en los cereales, con parcelas que se han comido completamente, y también en olivares, viñedos y hasta en parcelas plantadas con brócoli», lamenta Julián Morcillo, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Castilla-La Mancha.
La paciencia de los agricultores se ha agotado y el Ayuntamiento de La Puebla de Almoradiel, gobernado por IU-Podemos, ha acordado con la Asociación de Cazadores y la Asociación de Agricultores del pueblo esta «actuación de descaste» durante los fines de semana de marzo. «Los cazadores nos entregan los conejos abatidos, nosotros los marcamos para que no vuelvan a traerlos y ellos se los llevan para utilizarlos como alimentos para sus animales o para su consumo propio o bien los depositan en un contenedor que ha facilitado Sanidad», explica el alcalde, Alberto Tostado. Para estas cacerías resulta fundamental la labor de los «informadores», es decir, los propios agricultores afectados por la plaga que comunican dónde están los conejos y en qué cantidad.
Según este ayuntamiento, el euro que se les paga por animal cazado trata de compensar los gastos incurridos en la captura como el uso de cartuchos.
Plaga o en regresión
La medida no está siendo del gusto de todos. Desde la organización «Ecologistas en Acción», su portavoz en Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Hernández, sostiene que «no hay superpoblación de conejos sino una regresión que ha hecho que algunos científicos reclamen su protección». «Puede haber focos de presencia de conejos pero esto siempre se ha controlado con medidas preventivas por parte de los agricultores. El problema es que ahora parece que se ha olvidado la cultura agrícola», indica el portavoz ecologista.
No opina lo mismo la UPA. «Es un problema complicado y de difícil solución. Los daños derivados de los conejos provocan serios perjuicios cada año», indica Julián Morcillo, que reconoce la dificultad de cazarlos «porque se refugian y reproducen bajo las vías del tren y autovías». «Los agricultores necesitan alternativas a los daños provocados por esta plaga pero también los ganaderos, que ven desaparecer parcelas de pastos», demanda Julián Morcillo, que considera insuficientes los permisos especiales de caza que ha concedido la Junta de Castilla-La Mancha.
Fuente. diariosur.es