Una vecina de Sada ha perdido
su rebaño de ovejas por completo en un
plazo de diez días. La madrugada del
miércoles al jueves uno o varios
animales salvajes se colaron en su cobertizo y
acabaron con las cuatro ovejas que le
quedaban, además de herir a tres
corderos.
«Tiñan as tripas abertas e os
cans tiveron que rachar cunha malla que
tapaban o alpendre do vento», explicaba
ayer Manuela García Lourido,
dueña de este rebaño diezmado
en la parroquia de Carnoedo. Y alude a perros
salvajes porque en este rincón de la
comarca la presencia del lobo es
inédita. Lo más preocupante es
que es el segundo susto que se ha llevado
Manuela este mes. El anterior fue en la
madrugada del 6 de abril. Entonces se
encontró con tres ovejas muertas y
otras tres heridas. Ayer, la dueña de
esta finca del lugar de Campo da Cruz
llamó a la Guardia Civil de Sada, quien
levantó acta de lo ocurrido y se
encargó de las pertinentes denuncias.
Además de sus propias ovejas, Manuela
asegura ser conocedora de otros cuatro casos
más de vecinos, algunos de los cuales
ha optado por no denunciar por no tener la
cabaña ovina de alta (desde la Xunta
invitan a denunciar igualmente los ataques de
cánidos, ya que la única
consecuencia es que en estos casos no se
abona indemnización por las piezas
muertas).
«O temor é que un
día van atacar ás
persoas», sentencia Manuela para
resumir el sentir de la parroquia tras los
preocupantes casos. Durante los
últimos meses sí han avistado
lobos en los montes de Irixoa, Monfero o
Vilasantar, pero no en esta parte del municipio
de Sada, donde la presencia de caza mayor es
prácticamente anecdótica, igual
que las batidas autorizadas por la Xunta, por lo
que dan por hecho de que se trate de
peligrosos perros asilvestrados.