Dos meses después de las fatídicas inundaciones que asolaron Arriondas, así como todo el río Sella, se siguen sufriendo los innumerables daños y desperfectos provocados por las fuertes riadas del pasado mes de junio. Es el caso de la zona del canal y desembocadura de la ría en la villa riosellana, donde hay un gran almacenamiento de guijarros que dificultan el tránsito de los barcos, suponiendo un peligro para quienes salen mar adentro desde la zona portuaria.
La mayoría de los afectados han sido barcos que se han quedado varados entre las piedras, viendo dañadas las hélices de sus embarcaciones y teniendo que esperar a las mareas más altas para poder cruzar por el canal. Además, desde la Asociación de Pesca Deportiva y Club Náutico Arra, afirman haber tenido que salir a remolcar algún que otro barco que se había quedado encallado. El problema atañe tanto a profesionales de la navegación, como es el caso de los pescadores que sueltan cada día sus amarres, como a las pequeñas barcas de aficionados al mar que también sufren las consecuencias de este incómodo cúmulo de piedras.
Tanto la Cofradía de Pescadores como la Asociación de Pesca Deportiva y Club Náutico Arra han unido sus recursos disponibles para buscar una solución rápida y eficaz a este inconveniente que ya ha provocado contados desperfectos entre los usuarios. El patrón de la cofradía riosellana, José Luis Cuervo, cuenta que en un primer momento se planeó solicitar a la Consejería de Ordenación del Territorio e Infraestructuras mediante un escrito conjunto, que conviniesen una draga para «limpiar un poco la zona del puerto y de entrada de la Grúa». Pero si todo sigue el curso previsto no será necesario dicho escrito, pues el presidente de la asociación, Rolando Montoto Granda, ya ha obtenido una respuesta bastante satisfactoria desde la Jefatura del Servicio de Puertos.
Solicitaron una draga con carácter urgente para limpiar la zona del canal, pero aprovechando que ya hay una máquina trabajando en la ampliación del puerto deportivo, se quiere agilizar el trabajo y utilizar esta misma. «Estamos a la espera de que desde el Principado se dé la orden en estos días», afirma Montoto, que además destacó la buena predisposición que se puso desde la Jefatura de Servicios para explotar la maquinaria que se encuentra en estos momentos en la ría de Ribadesella y solucionar cuanto antes el problema existente. Pero desde ambas instituciones no se confían, y si no obtienen lo requerido en un corto plazo de tiempo volverán a presionar para conseguir una draga que limpie la desembocadura del Sella, porque en palabras de Cuervo, curtido marinero del Cantábrico «tal y como está ahora mismo es un peligro para la navegación».
La draga que se quiere utilizar se encuentra en la zona del puerto riosellano trabajando en la ampliación del puerto deportivo, y ya ha visto crecer su trabajo tras la gran riada, que arrastró todo tipo de objetos, barro y piedras hasta la desembocadura, suponiendo un retraso en sus trabajos y el consiguiente aumento de su actividad.