Conjuntamente con la sociedad de caza ribeirense y el parque nacional Illas Atlánticas se llevó a cabo un plan de control del visón americano que permitió la captura de once ejemplares. En esta actuación intervino el doctor en biología Rafael Romero, quien también participó de forma activa en las campañas llevadas a cabo en la isla de Sálvora para erradicar esta especie, que resulta muy nociva.
02/01/2017 | La Voz de Galicia
El biólogo Rafael Romero explica que este animal constituye un peligro para las aves marinas, porque nidifican en el suelo. También señala que el hecho de que haya visón en el parque de Corrubedo constituye un peligro potencial para la isla de Sálvora, en la que ya se da por erradicado, porque todos los indicios apuntan a que llega nadando a las islas. De hecho, comenta que se han visto ejemplares tanto en Sagres como en Vionta.
Trampeo del coto de caza
Ante la amenaza que supone, Rafael Romero indica que se propuso participar a la asociación de cazadores, que no dudó en colaborar con la iniciativa. Durante los meses de mayo a junio se trampearon el coto de caza y el parque natural. La campaña prosiguió hasta el pasado mes de septiembre.
Según los datos de que dispone el biólogo Rafael Romero, la población de visón en el parque natural continúa sin estar controlada, pero se desconoce si van a desarrollarse en el futuro más actuaciones como la llevada a cabo este año.
El profesional precisa «aparentemente hay una densidad elevada de animales en el parque natural» y comenta que eso es algo frecuente en todo el litoral gallego, lo que constituye un importante peligro.
De hecho, indica que la eliminación de los animales en la isla de Sálvora, en la que todavía se llevan a cabo trabajos de seguimiento, fue muy prolongada, capturándose gran número: «Nunca puede darse por erradicado. El último fue capturado en Sálvora en el 2013 y por ahora no se han detectado señales, por lo que se deduce que no existe o que es muy escaso».
Las actuaciones para controlar el visón se ejecutaron en todo el parque Illas Atlánticas y Rafael Romero comenta que se colocaron hasta 40 trampas en cada una de ellas. Los trabajos empezaron en el año 2007 y tuvieron carácter sistemático.