Los próximos días
9 y 10, coincidiendo con el comienzo de la
temporada general, se celebrará en
Llanos del Caudillo lo que los organizadores,
completamente ajenos a tal municipio, han
dado en denominar «Primer Encuentro
Cinegético del Día de la Caza
Natural».
El viernes por la tarde tendrá lugar
la recepción de asistentes, la
presentación del evento y una charla
sobre la caza tradicional seguida de una cena,
no de gala, sino de hermandad.
El sábado 10, en terrenos de
Llanos y Manzanares (tres mil
hectáreas por un lado y mil por otro)
se podrán cazar —previa
inscripción y pago de un precio
razonable en piezas sin manipular—
perdices y liebres, o perdices solamente quien
elija la zona reservada a los galgueros. Un
campo de cuatro mil hectáreas (unas
cien por escopeta) para disfrutar sin
ánimo competitivo, pero no con
anarquía, porque hay un horario
único para todos y se fijan como
condiciones por igual las de llevar un perro,
dos cartuchos en el arma y siete patirrojas de
cupo individual, que más de uno lo va
a tener que sudar.
La idea se debe a
L’Associació de Perdiguers de
Gata, APEGA, pequeña
agrupación de románticos
cazadores del pueblo alicantino de Gata de
Gorgos surgida hace una quincena de
años y que ha captado ya socios por
toda España, uniendo a selectos
entusiastas de la perdiz salvaje en una gran
labor de protección de su autenticidad.
Para disertar sobre la caza deportiva han
pensado en mí, haciendome con ello
bastante feliz, pues pocas cosas me gustan
más que defender la libertad de las
piezas de caza, clamar por la naturaleza que
cría y da cobijo a la biodiversidad
animal, así como el mantenimiento de
toda la fauna, aunque no se cace, porque
enriquece los cotos y ennoblece al cazador que
la respeta, sin perjuicio de su control cuando
haya especies que sobran, desequilibran y
perjudican el curso de otras,
cinegéticas o no.
Debo aclarar que este encuentro no es una
feria ni una muestra ni una exposición,
por lo que no deben equivocarse quienes esto
lean. Allí no habrá tiendas ni
expositores ni ofertantes de cacerías,
armas, coches u otros productos relacionados
con la caza en su sentido más amplio,
tanto que hemos llegado a la
desvirtuación del término y su
definición. En Llanos solo habrá
amantes de la caza de toda la vida, una noble
afición que antes daba prestigio a sus
practicantes y hoy ya algunos de los nuestros
ni de deporte la quieren calificar. Los
concurrentes serán deportistas de aire
libre y gente imbuida de un espíritu
venatorio ancestral basado en modos y medios
opuestos a la matanza comercial y de alta
sociedad imperante en la actualidad. Los actos
se inclinan más hacia la caza popular,
la del pueblo corriente y normal. Yo hasta
diría que esta concentración, de
perdiceros a mano básicamente, es una
contestación crítica a las ferias
al uso que inundan de publicidad y
mercaderías la geografía
española. La veo como un contrapeso a
la obsesión por la caza industrial
desarrollista y productiva, masiva e
impersonal.
Todo lo cual viene de perlas, si no para
cambiar el rumbo erróneo de la
cacería actual, al menos para reducirle
velocidad, poniendo algún tope a su
expansión. Solo gratitud merecen y
felicitaciones debemos a los enamorados de la
perdiz roja española y resto de piezas
de nuestra fauna cinegética. Es un
honor que hayan reparado en la provincia de
Ciudad Real para iniciar su andadura, y digo
iniciar, porque en su mente está
continuar con nuevas ediciones si la
experiencia no sale mal.
Tomen nota las autoridades
administrativas y legislativas por si algo de lo
que en Llanos y Manzanares se haga, vea o
diga los días 9 y 10 de este mes sirve
para orientar la reforma de la ley
última y salvar de la
mercantilización el tesoro de nuestros
campos en las cinco provincias que
todavía almacenan la mejor caza de
España, una reserva incuestionable de
tradiciones tan amenazadas como la especie
que las hace posible, la reina de la caza
menor, más valiosa y en mayor riesgo
de desaparición que muchas otras que
no dejan de recibir apoyo oficial y copar todos
lo programas y campañas posibles de
imaginar. Menos hablar y más actuar,
más eficacia y menos sensacionalismo,
menos demagogia y más realismo.
Hay que tratar por igual a la ecología
sensata y a la caza racional. En Llanos este fin
de semana eso es lo que se pretende
reivindicar.