El celo del ciervo
está a punto de alcanzar su
plenitud en las fincas
extremeñas pero los
propietarios de esos amplios
terrenos, sus arrendatarios y los
cazadores que pasan por ellas se
muestran este año
especialmente inquietos.
Sobre todo los que se asientan
en el término municipal de
Don Benito y en localidades
próximas de La Serena
como Valle de la Serena. En ese
entorno -sostienen- el furtivismo
es una lacra que se incrementa.
Los furtivos matan y se llevan las
cabezas de los venados
«prácticamente
cuándo y cómo
quieren», lamenta a HOY un
arrendatario de una finca de 500
hectáreas que prefiere
eludir su nombre por miedo a
represalias «porque
aquí nos conocemos casi
todos».
En la dombenitense Sierra de
las Cruces, donde la densidad de
ciervos se ha incrementado
notablemente los últimos
años, los casos de furtivismo
se han hecho evidentes casi sin
bajar de un coche. Pasando junto a
una carretera (ver
fotografías de esta
información) se pueden ver
sin muchos problemas como
venados decapitados yacen por las
fincas y se convierten en
carroña para buitres y otras
especies.
«No se trata de que
haya más furtivos por la
crisis, por matar para comercializar
la carne. No. En la mayoría
de los casos hay más
furtivismo por el simple hecho de
quedarse con el trofeo, disecarlo y
ponerlo en una galería
doméstica. Y eso es posible
porque faltan agentes de
Seprona», indica otro
propietario de una vasta finca que
también prefiere mantener
el anonimato.
«Con fincas tan grandes
y llamados por la berrea, se ponen
las botas. Acuden por la noche o a
las primeras luces de la
mañana y matan por matar.
Por supuesto, sin permiso. Lo malo
no solo es eso, el daño que
hacen a la finca y a su arrendatario
o propietario que organizan caza
mayor. Lo malo también es
que te los puedes encontrar y no
sabes lo que puede pasar»,
clama otro afectado.
La caza furtiva, sobre todo la
de animales de caza mayor,
focaliza la atención de la
Benemérita en zonas como
Cijara o Las Villuercas, pero los
propietarios de fincas de Don
Benito y su entorno sostienen que
allí hay menos presencia
permanente de agentes y ello es
causa directa del aumento del
furtivismo. «No criticamos a
los agentes del Seprona que
están, sino reclamamos
que haya más»,
enfatizan.
En agosto, la Guardia Civil
informó de la
desarticulación de una red
organizada de 12 furtivos
extremeños que
vendían ilegalmente astas
de ciervos y gamos a Asia. Es la
última gran
operación policial.
«Aquí cada
día hay más y se
organizan mejor. No es como eso
de Asia pero el daño es serio
y sigue subiendo», clama un
arrendatario dombenitense.