Desde primeras horas de la
mañana de ayer, la Federación
Valenciana de Caza recibió llamadas de
aficionados con el mismo mensaje: se estaba
tirando a los patos en un acotado de la
Albufera, cuando lo acordado era iniciar la
temporada el próximo día 11.
Varias personas se acercaron a la zona del
parque natural, privada y no gestionada por un
club.
Las protestas llegaron a tal extremo que
algunos de los presentes solicitaron
inspecciones a las entidades competentes en la
gestión de la caza, así como a
los responsables del Parque Natural de la
Albufera.
Fuentes conocedores de los hechos
indicaron que «la revisión de los
documentos motivó que no se
suspendiera la tirada», pese a que el
pasado viernes, tanto el director del parque,
José Segarra, como la directora general
de Medio Natural, Salomé Pradas,
habían confirmado que las tiradas
serían a partir de la próxima
semana.
En la Albufera hay una quincena de
acotados, pertenecientes en su mayor parte a
clubes asociados a la Federación
Valenciana de Caza. La normativa habla de que
la temporada discurre desde finales de
septiembre a principios de febrero, aunque
siempre con la referencia del acuerdo de los
clubes y el final de la cosecha del arroz.
Este es el motivo de que el acuerdo con la
dirección del parque natural fuera
iniciar las tiradas el día 11. En la
pedanía de El Palmar, por ejemplo, hoy
se ha previsto la finalización de la
recogida, siempre que el tiempo lo permita y
no llueva.
En los 13 clubes de cazadores hay
inscritos un centenar de socios en cada uno,
por lo que el perjuicio por el adelanto,
denunciaron las mismas fuentes, afecta a
más de un millar de aficionados.
«Consideran que va en contra de los
intereses de los demás»,
indicaron a este periódico. La caza en
la Albufera tendrá uno de sus
momentos álgidos en noviembre,
precisaron.