El Tecor ‘Corazón
do Salnés’ de titularidad
compartida aúna hoy a cazadores de
Meaño y Armenteira. A inicios del
diciembre, la Sociedad de Caza de Armenteira
cerraba anticipadamente la captura del conejo
dada su escasez de ejemplares motivada por la
nueva variante de hemorrágica
vírica.
Por el contrario, la de Meaño ha
decidido mantener la campaña hasta su
cierre oficial que será el
próximo 6 de enero.
– La Sociedad de Caza de Armenteira
adscrita a su Tecor ha cerrado la caza del
conejo por su escasez a causa de la
hemorrágica vírica. ¿Por
qué no adoptan esta decisión
en Meaño? ¿No perciben la
merma?
– Sí que la notamos, llevamos tres
campañas muy malas, estas dos
últimas horribles. El cerrar
anticipadamente la campaña es algo
que ya hicimos en Meaño hace tres
años y no se logró nada: el poco
conejo que había en el monte
acabó muriendo por la enfermedad. Por
esa razón decidimos mantenerla este
año.
– ¿No existe una medida eficaz
contra esta nueva variante de la
hemorrágica vírica?
– Existe una nueva vacuna, pero es cara y
difícil de conseguir. Viene de Francia,
hay que solicitarla a través de una
granja autorizada y contar para ello con un
permiso de la Xunta. Este año la
solicitamos pero nos llegó tarde, era ya
mediados de agosto y el conejo se siembra en
primavera. Por ello solo pudimos poner en el
monte medio centenar de ejemplares
vacunados. Solicitamos unas 300 dosis, por lo
que ahora disponemos de 250 para vacunarlos
en la campaña de 2015.
– ¿Y el precio de la vacuna?
– Hay que contar con que un conejo para
sembrar lo consigues en granja entre 9 y 10
euros. La vacuna va a suponer añadirle
un euro más a ese precio. Y los
cazadores ya ponemos mucho dinero:
más de 28 euros al año por la
licencia, luego tasas de la Xunta, seguro,
guarda del Tecor? En Meaño nuestra
sociedad es pequeña, agrupa a 48
socios, cada uno de los cuales aporta 100
euros al año, y con ese dinero, una vez
descontados los pagos, nos quedan para
sembrar unos 300 conejos al año, no
más.
– ¿Podría aplicarse alguna
medida de cría en las granjas
especializadas para fortalecer el conejo de
siembra?
– Sí, lo ideal sería que las
granjas dispusieran de un parque grande y
adecuado para soltar en él al conejo
una buena temporada para de esta forma
favorecer su adaptación al medio
natural. La mayoría de las granjas
crían en jaula y los sueltan apenas
unos días en un parque de reducidas
dimensiones. Una vez en el monte ese conejo
apenas puede valerse por sí y es pasto
propicio para los depredadores, además
es más endeble y enfermizo porque
apenas ha comido verde, no se ha adaptado al
medio y por ello no se ha fortalecido. Es una
demanda que planteamos desde los diferentes
tecores.
– Y después de la temporada del
conejo que acaba el día 6
¿qué le queda al cazador?
– Quedaría la batida del
jabalí que dura hasta el 8 de febrero.
En concreto, nuestro Tecor dispone de un cupo
de 20 jabalíes en esta campaña,
de los cuales, en unas batidas especiales por
daños que hicimos hace unas semanas,
se abatieron unas 10 piezas, con lo que
quedaría pues el 50 por ciento
restante, pero no creo que haya ya tanto
jabalí en el monte. Y también
nos queda la parte deportiva: el cazador de
verdad va al monte porque le gusta, no por
placer de matar un animal; es un cazador, no
un carnicero.
– Ustedes han incorporado desde hace
unos años un guarda al Tecor.
¿Qué mejora ha supuesto su
presencia?
– Es una medida que impulsamos cuando
asumí la presidencia, junto con la
aprobación de un reglamento interno
con unas normas y un régimen
sancionador. Deben existir unas normas claras
que todos debemos cumplir. La presencia del
guarda ayudó mucho a ello. De hecho
antes en Meaño había muchos
problemas entre los propios cazadores y todo
eso ha desaparecido.
– Portar chalecos reflectantes por parte de
los cazadores en el monte es obligatorio en las
batidas. ¿Qué opinión le
merece la demanda que se hace desde algunos
sectores para que lo sea también en
las jornadas de caza menor?
– Yo soy partidario de la medida, todo lo
que sea mejorar la seguridad es bueno y un
chaleco reflectante lo es. Y no sirven excusas
como que puede influir a la hora de que te
perciba un animal porque ellos ven en blanco y
negro.
– Cada vez el monte está
más poblado por ciclistas y senderistas
que comparten espacio con los cazadores.
¿Supone ello un riesgo mayor de
accidente?
– No especialmente. Si aplicamos el
sentido común por parte de unos y
otros en el monte hay espacio para todos. Esto
significa cumplir las normas de seguridad, abrir
la escopeta si ves que se acerca alguien,
señalar bien las zonas de batida, que los
senderistas y ciclistas respeten también
las indicaciones cuando desde un puesto de
vigilancia se les advierte de no adentrarse en
una ruta si dentro se está realizando
una batida? y sería bueno que no solo
los cazadores, sino también ciclistas y
senderistas durante la temporada de caza se
hicieran ver con chalecos o prendas
reflectantes.
– Existe cierto cliché que relaciona
en ocasiones a algunos cazadores con el
alcohol sobre todo en jornadas de frío
¿Cómo ve usted el tema?
– Es absolutamente incompatible, cuando
se va de caza, alcohol 0,0. De hecho en
nuestras batidas en Meaño es norma
que no se va comer, aunque sea tarde, hasta
que no finalice la batida. Después de
comer no se vuelve al monte. En general yo
veo que en este tema la gente es receptiva
cuando se lo dices, se comporta de forma
responsable y cumple.
– ¿Siguen insistiendo en la
denuncia del mal cierre de la alambrada de la
autovía de O Salnés que hace
que continúen entrando por debajo
especies cinegéticas que se cuelan en
la vía?
– Por supuesto. Es cierto que tras la
conversión en autovía se
mejoró algo, pero siguen existiendo
tramos que están mal, y a pesar de
nuestras denuncias ni se subsanan ni se ponen
en contacto con nosotros que, como
conocedores que somos del monte, sabemos
localizar con exactitud esos puntos.
– ¿Y donde están situados?
– Especialmente entre los concellos de
Meaño y Ribadumia, en concreto en el
tramo que discurre entre el puente de
Picón y el de San Cibrán en el
municipio de Meaño. La semana pasada
se produjo en este tramo un accidente con un
jabalí que se saldó con
daños materiales, de hecho la propia
guardia civil se personó en el
siniestro.
– Hablando de jabalíes, cuando la
Sociedad de Caza de Meaño abate
alguna pieza en batidas por daños
tienen repartido la carne de los ejemplares
entre los damnificados ¿ha sido algo
puntual o es una norma?
– Es una norma. Yo me encargo
personalmente de analizar la carne, de cortarla
y de repartirla entre los que han sido
víctimas de daños en sus
cultivos, excepto en alguna ocasión
puntual en que tenemos reservado una
pequeña cantidad para una comida de
cazadores. No quiero que nadie se lleve la
imagen de que nosotros nos aprovechamos de
la carne.
– En agosto pasado los comuneros de
Armenteira y Silván se plantearon
cobrar una tasa a los ciclistas de
montaña por circular por el monte.
¿Temen que algo así se les
trate de imponer a los cazadores?
– No, no creo, hasta ahora no tuvimos el
menor indicio. Nosotros somos de los
más interesados en cuidar el monte.