Las últimas jornadas de la tem porada de caza 2010-2011 se están caracterizando por las adversas condiciones climatológicas. En la recta final, (la temporada finaliza el 31 de enero) y a causa de la cantidad de agua caída en forma de lluvia, los aficionados apenas pudieron pisar el campo sin atollarse del todo en el barro, lo que ha impedido mover los ya de por si escasos bandos de perdiz.
La liebre, en los cotos donde no está protegida, también ha ido a menos y apenas se están viendo en las últimas jornadas. A partir de ahora la actividad cinegética se centrará en la caza del jabalí, tanto en las zonas de montaña como en los campos de maíz. Bastantes acotados han optado ya por el cierre anticipado tras las fiestas navideñas y en los que la veda se mantiene abierta los resultados son malos o muy malos. Sin embargo no se procede todavía al cierre para poder al menos sacar los perros al campo. La única pieza cinegética que sigue dando alguna satisfacción a los sufridos cazadores es el conejo de monte allí donde los hay. También se están cazando zorros y córvidos que, pese a los descastes, siguen siendo muy abundantes
Una vez que finalice la temporada de caza menor comenzarán a cazarse los permisos concedidos para proceder al descaste de zorros y otros depredadores como córvidos y urracas. El problema con que pueden encontrarse es que todavía queda sin recoger mucho maíz, el 50% aproximadamente según zonas, y están muy diseminados. La recolección del cereal avanzaba muy rápido, debido a las buenas condiciones del campo y al precio bastante alto, pero la lluvia ha puesto un paréntesis que se presenta muy largo. La caza del zorro en las manchas de maíz con perros adecuados resulta emocionante. Esto, unido a la necesidad de mantener reducidas las poblaciones de zorros, permite organizar batidas una vez finalizada la temporada pero antes de que se cosechen los maizales. Las poblaciones de perdiz, liebre y conejo de monte, dónde todavía los hay, se benefician con el control de este astuto depredador.
También resulta imprescindible el control de córvidos y urracas que causan importantes daños en la nidificación de otras especies cinegéticas. La época más adecuada para efectuar estos controles será a finales del invierno y comienzo de la primavera, cuando estos depredadores ala dos han comenzado su ciclo reproductivo.